Al Real Madrid le toca despedir este 2 de abril a uno de sus defensores más ilustres: Goyo Benito. El jugador, nacido en Toledo, contaba con un gran bagaje a sus espaldas en el conjunto blanco donde disputó 420 partidos oficiales en los más de 12 años que estuvo en las filas madridistas en los que ganó 11 títulos (6 Ligas y 5 Copas de España).
Su último título con el Real Madrid fue una Copa de España junto a compañeros como Gallego, Del Bosque, Camacho, Juanito o Santillana con los que formó una generación ganadora en España que sucedió a la de los ‘ye-ye’ en el Real Madrid.
Algo que nunca resultó sencillo porque, por más que la pelearon, tanto Goyo Benito como el resto de sus compañeros, formaron parte de ese largo periodo de 32 años (1966 – 1998) en los que el Real Madrid no logró conquistar la Copa de Europa.
Fuerza y rapidez, sus señas de identidad
Formado en las categorías inferiores del Real Madrid en las que entró a los 16 años, Goyo Benito será recordado por su agresividad en defensa y su fuerza. El central, que también estuvo dos años en el Rayo Vallecano (1966 – 1968) no destacaba por su técnica con el balón, pero tenía una gran condición física y era rápido y ágil gracias a sus años de especialización en atletismo durante su etapa como escolar.
En la década de los 70, una época en la que los centrales duros, agresivos y expeditivos sembraban el pánico en las áreas, Goyo Benito se hizo un nombre gracias a los férreos marcajes a los que sometía a las estrellas rivales. Johan Cruyff y Mario Kempes se las tuvieron más de una vez con el zaguero madridista y para la posteridad queda la anécdota del delantero sevillista Biri Biri. El gambiano, cansado de las patas del central blanco, se le acercó con una súplica que ya es historia del fútbol español: “Señor Benito, no me pegue usted más”.
El ‘Hacha Brava’ -que era como le apodaban en el mundo del fútbol- tan solo marcó tres goles a lo largo de toda su carrera deportiva pero su firmeza en la zaga le hacían un jugador especial que, además jugó con la selección española en 22 ocasiones.
Único ‘laureado’ junto a Pirri
Gracias a los servicios prestados en el Real Madrid, el conjunto blanco le concedió en 1979 una “Laureada”, es decir, una insignia de oro y brillantes con el escudo del club y laureles a su alrededor que tan solo recibieron él y su compañero Pirri.
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