La periodista rusa Marina Ovsiannikova, detenida tras protestar contra la invasión de Ucrania durante una emisión de un informativo de una cadena pública rusa, ha huido de Rusia, según informó su propio abogado.
“Marina Ovsiannikova se ha visto obligada a abandonar Rusia y ahora está a salvo, bajo la protección de uno de los países europeos”, ha dicho su abogado, Dimitri Zajvatov, sin dar más detalles.
Un tribunal ruso puso a la periodista bajo arresto domiciliario. A principios de octubre, su exmarido denunció que había huido y se había llevado consigo a su hija de once años, por lo que la Policía emitió una orden de “busca y captura”.
De esta forma, el tribunal de distrito de Cheriomushkinski de la capital del país, Moscú, ha determinado este mismo lunes que la hija debe vivir con su padre, restringiendo así la custodia de la periodista, al tiempo que ha ordenado que pague su pensión alimenticia, según ha recogido el portal de noticias Meduza.
La periodista ha hecho hincapié en varias ocasiones en que la medida cautelar impuesta en su contra es ilegal, por lo que se ha negado a cumplirla. Ovsiannikova ya había sido multada en el pasado por sus actos, supuestamente contrarios al Ejército ruso.
“Me persiguen por decir la verdad”, insistió en octubre en su cuenta de Telegram, donde alegó que, dado que “el Estado se niega a cumplir sus propias leyes”, tampoco ella acataría la orden de arresto domiciliario.
Ovsiannikova, que trabajaba para el Canal 1, interrumpió el 14 de marzo las emisiones con una pancarta protestando contra la invasión, a pesar de la prohibición del Kremlin a los periodistas de hablar de “guerra” a lo que las autoridades rusas denominaban como “operación especial” en el país vecino.
Fue condenada a una multa de 30 mil rublos (255 euros) por “organizar un acto público sin autorización”.
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