Los jugadores de la Real llegaron a Zubieta radiantes de felicidad, alguno incluso con un tono de piel más oscuro que hace unas semanas. Y no es para menos, puesto que la plantilla llega con las pilas cargadas después de disfrutar de dos fines de semana sin entrenamientos ni partidos, algo inusual en el nuevo fútbol.
Alguacil, por lo tanto, exigió al máximo a todos los disponibles. Sagnan sigue sin recuperarse de su rotura y entrenó en solitario en el Z2 mientras que los internacionales que jugaron ayer partido no comparecieron en el José
Luis
Orbegozo. Tanto Oyarzabal como Llorente, concentrados ayer en Gijón con España, tenían posibilidades de entrenarse hoy dada la cercanía, pero ninguno de los dos se presentó en Zubieta. Más difícil lo tenían Odegaard e Isak, que se enfrentaron entre sí en el Suecia-Noruega en Solna y apenas tenían tiempo material para entrenar. Januzaj, que juega hoy ante Escocia, tampoco se ejercitó. Participaron Remiro, Moyá, Zubiaurre, Zaldua, Gorosabel, Aihen, Monreal, Le
Normand, Aritz, Zubeldia, Guevara, Zurutuza, Merino, Sangalli, Pardo, Portu, Barrenetxea y Willian
José.
En lo deportivo, los de Alguacil realizaron una sesión intensa desde el principio. Tras los habituales ejercicios de calentamiento, la plantilla realizó pases cortos con todas las superficies posibles del pie bajo la atenta mirada de Imanol. David
Casamichana sacó el látigo, primero con vallas y picas y luego con sprints y choques entre los jugadores.
Juego rápido y asociativo
A continuación, realizaron un ejercicio que le encanta al técnico oriotarra, utilizado durante todo el verano. Dividió un campo en tres para que dos equipos moviesen de un lado a otro el balón con la ayuda de varios comodines. Los jugadores tenían que realizar un mínimo de pases antes de cambiar la orientación del juego. Alguacil apretó las tuercas: “Bien cortado, Nacho. Genial, Goros. Bien presionado, Barrene”, se desgañitó.
Más tarde, cambiaron de superficie para realizar una posesión en la que la meta era conseguir seis pases para sumar un punto. Incluso Alguacil perdió la cuenta del tanteo dado el rendimiento de los suyos. Acabaron el ejercicio de rodillas y visiblemente cansados, pero Alguacil nunca baja la guardia: “Siempre hay uno en los dos equipos que no va a la presión cuando perdemos el balón y eso no lo puedo permitir”, se quejó. Como novedad, Zubeldia actuó de central izquierdo en uno de los equipos mientras que Monreal se mantuvo como lateral. Tras algo más de una hora, Imanol dio por finalizada la sesión. A partir de mañana, el oriotarra baja la persiana pensando ya en el reestreno de Anoeta ante el Atlético de Madrid.
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