Para decirlo llano y simple, a los Mavericks les han pillado ‘con el carrito del ‘helao’. Como pasa con la policía, la NBA ‘no es tonta’ y ha tardado menos de un día en reaccionar al repentino y descarado ‘tanking’ del conjunto de Texas ayer contra los Bulls -derrota por 112-115-, para asegurarse un pick de top-10 de draft: la liga ha iniciado una investigación a Dallas por sentar a varios jugadores en ese partido en plena lucha por una plaza de play-in. Entre otras decisiones sospechosas, los ‘Mavs’ descartaron a Kyrie Irving por lesión y Luka Doncic ya no volvió a jugar una vez se fue al banquillo en el inicio del segundo cuarto en un encuentro en el que los de Jason Kidd ratificaron su eliminación.
Y, además, no se trata de una filtración, sino de una declaración oficial de una NBA que no se ha demorado en tomar cartas en el asunto, que podría terminar en sanción. “La NBA ha empezado hoy una investigación de los hechos y las circunstancias alrededor de las decisiones de los Dallas Mavericks de roster y la conducta de partido con respecto al partido Chicago Bulls – Dallas Mavericks, incluyendo las motivaciones detrás de esas decisiones”, dijo Mike Bass, portavoz de la liga estadounidense, en una información recogida por la ESPN.
Son conocidos también los casos de ‘tanking’ de otros equipos como los Jazz o los Blazers -quienes han sentado a Damian Lillard para estos últimos partidos-, pero el de los Mavericks llama la atención por su nulo disimulo y un repentino cambio de planes de la noche a la mañana.
Si tras el triunfo contra los Kings del miércoles el discurso era de creer hasta el final -Irving también dijo que se encontraba mejor de su fascitis plantar-, Dallas anunciaba en la misma mañana del día choque ante los Bulls que Kyrie Irving sería baja para recuperar su lesión, Tim Hardaway Jr. y Maxi Kleber por problemas físicos y Christian Wood y Josh Green por descanso. Todos ellos habían acabado el partido de Sacramento sin problemas.
Más tarde -y todavía unas horas antes del encuentro-, trascendía que Luka Doncic sólo iba a jugar el primer cuarto, tal y como confirmó Jason Kidd en su comparecencia antes del partido y sucedió, con el esloveno sentándose en el banquillo hasta el final tras ser sustituido al principio del segundo parcial.
La victoria del día anterior de los Thunder frente a los Jazz habría propiciado la rendición de unos Mavericks que necesitaban ganar a los Bulls y a los Spurs el domingo y que Oklahoma cediera también domingo ante los Grizzlies para coger la décima plaza del Oeste, la última -como en el Este-, para entrar en el torneo de ‘play-in’.
Pero la desencantada afición de Dallas todavía presenciaría más decisiones anticompetitivas, como sentar en el último cuarto a habituales como Jaden Hardy, Dwight Powell y Maxi Kleber para dar entrada y hacer jugar ese último parcial entero a jugadores que han sido testimoniales durante la temporada como McKinley Wright IV, Theo Pinson y A.J. Lawson. En consecuencia, los Mavericks, que habían estado ganando con ventajas superiores a 10 puntos durante gran parte del encuentro y había empezado el último cuarto 93-85 arriba.
El entrenador de Dallas, Jason Kidd, reconoció que había recibido órdenes de arriba de hacer “algo diferente” -del propietario, Mark Cuban, y del General Manager, Nico Harrison-, y que hay veces que “hay que dar un paso atrás para seguir adelante”. Descartado, Irving no compareció ante los medios, mientras que Luka Doncic no quiso hablar ante los medios. No se espera tampoco que lo hagan este domingo ante los Spurs, pues ambos han sido anunciados como bajas con la recuperación de sus lesiones como excusa. Una excesiva transparencia que a Dallas le puede costar muy cara.