Modibo
Sagnan, salvo giro inesperado de última hora, no saldrá de la Real en este mercado invernal a pesar de su sistemática falta de oportunidades. A pesar de que hay equipos interesados, ni el club quiere ceder al parisino ni el propio central desea abandonar la escuadra que apostó por él el pasado verano, a pesar de que sólo ha disputado un solo partido, el de Copa ante el Becerril, y sólo fue convocado en dos ocasiones para dos citas ligueras, contra el Betis y el Barcelona, sin posibilidad de intervenir.
Roberto
Olabe e Imanol
Alguacil tienen un planteamiento muy ‘cholista’, habitual en Diego
Pablo
Simeone con muchos jugadores, con Sagnan. Tienen confianza en él, pero a medio y largo plazo. Confían en sus virtudes, pero no en su rendimiento inmediato. Y lo que pretenden es que vaya adquiriendo el punto táctico, físico y de movimientos que demandan entrenándose con los jugadores del primer equipo de la Real, que son de alto nivel. Es una especie de rodaje.
Giménez, el caso más claro
El caso más paradigmático en el Atlético de Madrid fue el del central José
María Giménez. En su primera temporada a orillas del Manzanares, el central uruguayo, que ha llegado a ser indiscutible en las últimas temporadas, jugó un único partido de 38, estando disponible casi todo el curso. Simeone le sometió a esa instrucción de un año para que se acoplara al ritmo de competición, a su disciplina táctica, a su exigencia en definitiva. Fue como una mili. Futbolistas como Savic (12 partidos en su primera campaña) o Correa pasaron por un proceso similar. Y en la presente campaña, el que se halla en la fase de prácticas remuneradas es Marcos
Llorente, titular en solo uno de los partidos de Liga disputados.
Habida cuenta de su casi nula participación, es fácil colegir que Modibo
Sagnan pasa por ser el único error en la planificación deportiva para la presente campaña. Es difícil criticar el fichaje de futbolistas como Odegaard, Remiro, Monreal, Portu o Isak, cuyo rendimiento está siendo óptimo, pero los 4,5 millones de euros invertidos en el central francés de origen malí se antojan desorbitados atendiendo a su recurrente ostracismo. Pero para Olabe no fue un fallo. Ni se arrepiente de haberle traído.
De hecho, considera que no hay tantos centrales de ese nivel en Europa que respondan al perfil de Sagnan, que era el que buscaba la Real: zurdo, rápido a la espalda, fuerte, con capacidad para sacar limpio el balón y dispuesto a jugar expuesto como lo hacen los centrales en la escuadra txuri urdin. Por eso resolvió realizar tal inversión.
Sagnan tiene todas las trazas de disponer el domingo de su segunda oportunidad del curso en el segundo enfrentamiento copero, en este caso ante el Ceuta. El puesto de central izquierdo está siendo un permanente quebradero de cabeza para Imanol
Alguacil, que para ocupar esa demarcación está echando mano de futbolistas diestros, que están acusando problemas y cometiendo errores que el equipo está pagando muy caros.
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