Luego de una década en la que México logró disminuir la cantidad de personas que buscaban emigrar a Estados Unidos para vivir y laborar, a partir de 2020 la pobreza, agravada durante la pandemia de Covid-19, generó un aumento en la migración irregular.
De acuerdo con un reportaje del periódicoThe New York Times publicado el lunes, México se está convirtiendo en un desafío cada vez mayor en el esfuerzo de Washington por disuadir a los migrantes de ingresar a Estados Unidos a través de su frontera sur.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza reportó que la cantidad de mexicanos detenidos en Estados Unidos aumentó un 50 por ciento del 2019 al 2020, de 170 mil a casi 255 mil. Una cifra sigue creciendo, ya que en lo que va del año, unas 379 mil personas han sido detenidas.
Los altos índices de violencia que padecen algunos del país también se ha constituído como un factor que ha alentado la expulsión de migrantes hacia el vecino país del norte, de acuerdo con el reportaje del diario estadounidense.
La actual situación que enfrentan los mexicanos azotados por la pobreza y la inseguridad cambia el panorama migratorio, ya que -de acuerdo con la publicación- por muchos años nuestro país sirvió a Estados Unidos como “un amortiguador crucial contra un número creciente de centroamericanos”, principalmente de El Salvador, Guatemala y Honduras.
Aunque sus políticas de desarrollo social buscan atender las causas de la expulsión de migrantes, al inicio de su administración, el presidente Andrés Manuel López Obrador militarizó su enfoque de la migración, desplegando miles de tropas en su frontera sur para detener a los centroamericanos, a través de la Guardia Nacional.
Con la llegada del presidente Joe Biden al cargo en enero del 2021, la estrategia fronteriza se mantuvo, pero también se trabajó en conjunto con el gobierno de México para atender las causas de la migración.
Estados Unidos proporcionó 4 mil millones de dólares en ayuda para combatir la corrupción y mejorar la gobernabilidad como una forma de disuadir la migración.
A pesar de estos esfuerzos, los expertos consultados por The New York Times advierten que los resultados a corto plazo no son suficientes para detener la oleada de migrantes mexicanos que llegan a la frontera sur de Estados Unidos.
“Los números dejan en claro que la estrategia debe cambiar“, dijo Maureen Meyer, vicepresidenta de programas de la Oficina de Washington para América Latina, una organización de investigación.
“La perspectiva de la administración Biden de abordar las causas fundamentales de la migración centrándose en América Central ya no se sostiene”, sostuvo.
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