Mbappé es, a todos los efectos, el auténtico rey en el PSG. A falta de confirmarse su renovación, el cuadro parisino se prepara para un verano agitado, de cambios estructurales. Uno, el de Pochettino. El otro, el de Leonardo. El entrenador y el responsable deportivo no cuentan con la confianza de la afición y tampoco de Mbappé, que quiere abanderar un proyecto que de una vez por todas aspire de forma seria a competir por ganar la Champions.
Ayer, sin embargo, Pochettino dijo que tiene otro año más de contrato: “No veo por qué no iba a cumplirlo”, aseguró. En el horizonte vuelve a aparecer el nombre de Zidane, el favorito de Mbappé, aunque el marsellés tiene la aspiración de suceder a Deschamps en la selección tras el Mundial de Qatar. Ser del Olympique tampoco ayuda, el gran rival del PSG en Francia. Hace meses, aficionados de la localidad sureña le pidieron que no se fuera a París.
Otro protagonista que ha salido a la luz en las últimas horas es el de Luis Campos, el descubridor de Mbappé. El que fuera director deportivo del Mónaco campeón en 2017, en el Lille el curso pasado y asesor externo del Celta en 2022 puede volver a trabajar con el internacional galo, que por supuesto avala su llegada para retomar el rumbo de un club que quiere hacerse grande en Europa. La reestructuración es cuestión de semanas.