Estaba en la lista de inscritos para el GP de Alemania, pero la última radiografía mostró que una de sus vértebras fracturadas en el P2 de Portimao no estaba bien soldada así que Pol Espargaró tuvo que renunciar a reaparecer antes del parón por vacaciones tras perderse prácticamente los 8 Grandes Premios antes del parón por vacaciones. Pero animado por su hermano Aleix finalmente se animó a regresar de visita al paddock para compartir un par de días con su equipo GasGas Factory en medio de todos tipo de rumores alrededor del grupo de Mattighofen.
Y también ha comparecido en rueda de prensa donde ha relatado en Assen su calvario de estos meses de recuperación: “Quería volver a ver a todo el mundo después de estos tres meses, que creo que han sido duros para todos, para el equipo, para la marca, para mí. Para ser sincero, me hubiera gustado correr en Sachsenring, quizá incluso en Mugello, pero después de las últimas pruebas los médicos me dijeron que era mejor esperar. Era una lesión muy grave”
“Fue como estar en una montaña rusa, con muchos altibajos. Después de la caída, en el hospital, tenía tantas fracturas que ni siquiera entendía cuál era la más dolorosa, tenía mucho dolor, estaba lleno de medicamentos. Cuando me los disminuyeron, empecé a entender de dónde venía el dolor y fue duro. Tenía dolor en la boca, en el cuello, en la espalda, en las costillas, el hecho de que en tres meses se resolviera esa situación fue un milagro, estoy feliz. Pasé horas y horas en la cámara hiperbárica, ahora me siento como en casa”, ha bromeado.
Cuestionado si había pasado por su cabeza dejarlo ha admitido que “Sí, sin duda. Fue una lesión muy grave, en el último mes no pensé en otra cosa que en volver a subirme a la moto, pero cuando estuve en el hospital fue duro. Mi mujer y mis hijas me ayudaron. A lo largo de mi carrera me había lesionado y luego había vuelto a competir, esa es una parte de este trabajo, la parte mala”. Pero ya han desaparecido de su cabeza: “Más o menos. Tengo ganas de volver, pero también hay que mirar la realidad, nunca me había pasado algo así. Es diferente a romperse un dedo o una mano y, sin duda, tendré más cuidado cuando esté encima de la moto en determinadas situaciones”.
El peor momento de su calvario
El peor momento ha reconocido que fue “cuando salí del hospital, tenía la boca completamente cerrada, no podía abrirla ni un milímetro. Durante un mes sólo tomé sopa y perdía dos kilos y medio a la semana, una locura, porque no tenía grasa, perdía masa muscular. Me dolía, me decía que tenía que mejorar, me miraba al espejo y no me reconocía, no era mi cara, no era mi cuerpo”.
“Me rompí tres vértebras, la 6 se curó bastante rápido, pero la 8 se rompió en 4 partes, también se acortó así que tardó más en curarse. He perdido un centímetro y medio de altura, no es un gran problema porque ya estoy casado (risas). En dos o tres semanas estará completamente bien y más duro que antes. Los médicos me habían dicho que necesitaría siete meses para recuperarme del todo, lo he conseguido en cuatro y ha sido fantástico”.
No busca culpables a su accidente
Sobre si ha pensado qué falló en aquella caída de Portimao ha asegurado que “no creo que ahora sea el momento de buscar un culpable, el primero soy yo porque me caí. El neumático estaba frío después de la bandera roja, no era el momento adecuado para empujar, estaba luchando, se dieron muchas circunstancias. En la curva de derechas antes de la caída, Viñales venía muy rápido y me había ido largo para dejarle pasar, así que no había calentado el neumático, luego cuando intenté empujar pasó lo que pasó”.
Reivindica sus dos años de contrato
Le han preguntado por su futuro y ha dejado claro que quiere cumplir el año y medio que le queda hasta final de 2024 con el GasGas Factory, Y ha sido tajante con esa probable llegada de Pedro Acosta que deja a Mattighofen con el marrón de tres pilotos para dos plazas: “Ese es su problema, no el mío”, ha zanjado con risas la pregunta. “Tengo dos años de contrato y nunca he pensado en ciertas cosas. KTM y GasGas son una familia para mí, hablamos todo el tiempo y comparamos notas. Sólo estoy centrado en recuperarme y volver, demostrando con mis resultados que merezco quedarme. Si no lo consigo, me haré a un lado y me alegraré de que un joven ocupe mi lugar, pero no ahora.
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“De momento no han cambiado mis prioridades, sólo quiero volver a subirme a la moto y ver lo rápido que puedo llegar a ser. Creo que puedo hacerlo y si puedo trabajaré hasta final de año para la empresa. Creo que merezco un buen resultado al final de la temporada”.
Y ha alabado a su compañero Augusto Fernández: “Augusto ha aportado mucha energía positiva al box, me gusta mucho. La moto ha cambiado. Hasta los GP de Argentina y América no me preocupaba tanto no correr, porque no estaban haciendo grandes resultados, pero luego llegaron y fue doloroso (risas) Era difícil ver las carreras desde la tele con Miller rápido, había estado a su nivel en los entrenamientos”.