Israel se ha atribuido sin reservas los bombardeos que en la madrugada de este miércoles han destruido objetivos iraníes y sirios en los alrededores de Damasco y en los que han muerto una decena de combatientes. El disparo de misiles, que el Ejército israelí calificó de acción de represalia por la colocación de trampas explosivas en la frontera de los Altos del Golán, se produjo horas antes de la llegada a Jerusalén del secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, en su gira de despedida por Oriente Próximo. La inusual publicidad y la amplitud de los ataques se interpretan como un mensaje para la próxima Administración demócrata en Washington sobre la determinación de Israel de impedir a toda costa la presencia de fuerzas de Teherán en el vecino país árabe.
A pesar de haber llevado a cabo centenares de incursiones a lo largo de casi una década de guerra en Siria, Israel no suele confirmar ni detallar sus intervenciones. Esta vez, los portavoces militares se apresuraron a informar sobre la operación de madrugada, poco después de que la agencia oficial de noticias siria SANA diese cuenta de una nueva “agresión del enemigo sionista”. La televisión estatal siria también había ofrecido imágenes de explosiones causadas por los bombardeos.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, ONG que cuenta con informadores sobre el terreno, aseguró que al menos 10 combatientes aliados del Ejército de Damasco habían perdido la vida en los bombardeos, entre ellos tres militares sirios, cinco milicianos iraníes de la Fuerza Quds (cuerpo expedicionario de los Guardianes de la Revolución) y otros dos paramilitares chiíes, sin precisar si se trataba de libaneses o iraquíes. El Ejército sirio, que no suele reconocer las bajas entre sus aliados, solo confirmó la muerte de tres soldados en ataques contra sistemas de defensa antiaérea.
El Ejército israelí precisó que, además de inutilizar con sus cohetes varias baterías de misiles tierra-aire, los objetivos atacados fueron: una base iraní próxima al aeropuerto de Damasco, una “instalación secreta” utilizada por oficiales iraníes también cercana a la capital siria y un cuartel donde se despliega la Fuerza Quds en las inmediaciones de los Altos del Golán (meseta siria ocupada por Israel desde 1967).
“No permitiremos que Irán se afiance en Siria”, advirtió un portavoz de las Fuerzas Armadas, después de que el martes se desactivaran artefactos explosivos colocados cerca de una base israelí en la valla de separación en la zona desmilitarizada entre los Altos del Golán y el territorio bajo control sirio. Israel teme que bajo la presidencia del demócrata Joe Biden EE UU reactive el acuerdo nuclear con Irán suscrito por Barack Obama en 2015 y del que su sucesor, Donald Trump, se retiró tres años después. El mandatario republicano habría sopesado recientemente lanzar un ataque contra instalaciones atómicas iraníes, según una información publicada por The New York Times.
Uno de los dirigentes que más ha batallado en Washington en favor de la doctrina de “máxima presión” sobre el régimen de Teherán, el todavía jefe de la diplomacia Pompeo, se encuentra desde la tarde del miércoles en Israel, donde se reunió con el primer ministro, Benjamín Netanyahu, y con el ministro de Asuntos Exteriores de Baréin, Abdulatif bin Rashid al Zayani, para apadrinar el intercambio de embajadas entre ambos países de Oriente Próximo. Al Zayani, que anunció un acuerdo para establecer enlaces áreos entre Manama y Tel Aviv, defendió la reanudación de las negociaciones entres israelíes y palestinos sobre la base del principio de los dos Estados.
El jefe de la diplomacia norteamericana destacó ante Netanyahu y su homólogo bareiní que la influencia de Irán en la región se está “desvaneciendo” tras la normalización de relaciones de Israel con Emiratos Árabes Unidos y Baréin, y que el régimen de Teherán “se está quedando cada vez más aislado”. En el curso de su vista oficial, Pompeo prevé supuestamente desplazarse hasta los Altos del Golán y visitar un asentamiento israelí, convirtiéndose así en el primer alto cargo estadounidense en viajar a territorios ocupados por Israel.
Grupos de palestinos han protestado contra la presencia de Pompeo este miércoles en Al Biré, población del área de Ramala situada frente a la colonia de Psagot, donde se ubican los viñedos y la bodega del mismo nombre que el secretario de Estado pretende visitar el jueves, según la prensa hebrea, para agradecer que haya bautizado con su nombre uno de sus vinos. Responsables palestinos y ONG israelíes pacifistas denuncian que los terrenos fueron usurpados a sus propietarios tras la ocupación de Cisjordania.
Las bodegas de Psagot cobraron notoriedad entre los nacionalistas israelíes por su larga pugna con la justicia europea por dejar de incluir en sus etiquetas su procedencia del territorio ocupado de Cisjordania, y ofrecerse en su lugar como producto de Israel. El Tribunal de Luxemburgo falló en su contra el año pasado, y ratificó la obligación vigente desde 2015 de etiquetar el origen de importaciones procedentes de Cisjordania. Poco después, el Departamento de Estado tachó la resolución judicial de sesgada en contra de Israel y dejó de considerar como “ilegales per se” los asentamientos israelíes en un vuelco a la doctrina diplomática mantenida por EE UU durante décadas.
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