ponen fecha al fin del oro

Investigadores del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales de la Universidad Autónoma de Barcelona (CREAF-UAB) y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han publicado un estudio en el que ponen fecha al fin del oro. En el último siglo, la extracción de minerales escasos y raros ha aumentado exponencialmente, hasta alcanzar un ritmo que conlleva numerosos riesgos económicos, sociales, ambientales y geopolíticos.

La investigación, publicada en la revista ‘Trends in Ecology and Evolution’, señala que el 70% de los elementos de la tabla periódica que se utilizan en la fabricación de numerosos elementos, como los teléfonos inteligentes o los aviones, ya no están presentes en la biomasa. Los científicos señalan que esto se debe a que se necesitan más elementos químicos que los que precisa la Tierra para que haya elementos naturales.

¿Cuál es la fecha del fin del oro?

Este proceso comenzó a principios del siglo XX, cuando los humanos pasaron de «usar materiales comunes como arcilla, piedra o cal, que se reciclan continuamente en la naturaleza y en la atmósfera, a usar muchos otros elementos, entre ellos especialmente los conocidos como tierras raras», según ha explicado uno de los autores del estudio, Jordi Sardans, en declaraciones recogidas por ‘Efe’.

Según refleja el estudio, antes del siglo XX, los humanos necesitaban elementos que provenían en un 80% de la biomasa. En 2005, este porcentaje se redujo hasta el 32%, y los científicos creen que continuará disminuyendo hasta alcanzar el 20% en 2050. Por lo tanto, a mediados del siglo XXI, el 80% de los elementos que se utilizarán serán de fuentes no biológicas.

Cabe señalar que la extracción de elementos como el cobre, el oro o el silicio se ha disparado a lo largo del siglo XX por el desarrollo de fuentes de energía limpias y de las nuevas tecnologías. En estos momentos, el crecimiento del proceso de consumo y extracción se sitúa alrededor del 3% anual.

Uno de los autores del estudio señala que «las reservas de algunos de estos elementos se agoten en 2050, como el oro y el antimonio, o en menos de 100 años en el caso del molibdeno y el zinc». Por lo tanto, la fecha al fin del oro podría estar muy cerca.

Para evitar llegar a esta situación, los investigadores hacen un llamamiento al fin de la obsolescencia programada. De lo contrario, cuantos más elementos de la tabla periódica se utilicen, se tendrán que extraer un mayor número de minerales y terminarán agotándose.


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