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Por fin una noche de Champions tranquila en el Bernabéu

Por fin una noche de Champions tranquila en el Bernabéu

Un Real Madrid firme, convincente y ambicioso hizo más que bueno el 2-5 de la ida en Anfield para someter a un Liverpool que se quedó muy corto y sin colmillo en el Bernabéu. El estadio blanco, acostumbrado al éxtasis épico de las remontadas de la pasada Champions en el Bernabéu ante PSG, Chelsea y Manchester City, vivió una noche extrañamente plácida para hacerse un hueco en el sorteo de los cuartos de final.

El club blanco, por cierto, tuvo un bonito gesto con el Liverpool como deferencia por el homenaje que le brindó a Amancio en Anfield en el día de su fallecimiento. Tras el encuentro sonó el eterno You’ll Never Walk Alone por la megafonía del Bernabéu, un hecho inédito.

El Liverpool quiso buscar la proeza pero la épica, en la Champions, parece que es marca registrada del Madrid. Salvo algún aviso de Darwin y la constante amenaza de Salah, el equipo de Klopp pasó de puntillas por el Bernabéu en buena medida porque Ancelotti acertó de lleno con un planteamiento valiente pero basado en la fiabilidad defensiva que otorgan los Militao, Rüdiger, Nacho y Courtois. Caso aparte es el de Carvajal, por cuya zona encontró una rendija el Liverpool que no supo aprovechar para meterse en la eliminatoria.

Por el medio, el temple de los eternos Kroos y Modric, escoltados por el entusiasmo de Camavinga, sirvió para secar la presión de un Liverpool escaso de recursos en toda la eliminatoria.

El Madrid certificó una vez más que es la bestia negra del Liverpool, al que ha eliminado las últimas cuatro veces que se han encontrado. En el recuerdo sigue presente la victoria en las finales de París y Kiev y en 2021 ya les apearon en los octavos. Esta vez, como en aquella eliminatoria pandémica (3-1 en Valdebebas, 0-0 en un Anfield vacío), el Madrid no dio opción a los muchachos de Klopp en una noche, por fin, tranquila en el Bernabéu.




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