La luna es el único satélite que orbita la Tierra y, por tanto, el más cercano a nosotros de entre los cuerpos celestes. Es debido a su proximidad a la Tierra, que es visible a simple vista y sin maquinaria especial es posible incluso ver los detalles de la superficie cuando aparece en la noche, pero también en ocasiones hemos mirado al cielo en pleno día y hemos podido ver la luna sin problema alguno. ¿Por qué? .
¿Por qué a veces podemos ver la Luna de día?
El hombre ha estado fascinado por esta estrella desde la antigüedad. Y los primeros estudios se remontan a la antigüedad hasta el » gran paso para la humanidad » del aterrizaje del primer hombre en la luna el 21 de julio de 1969. Por no hablar de cómo la luna inspiró la literatura, la poesía y el arte.
Incluso es cierto que la luna y sus cambios (fases lunares) pueden influir en la vida del hombre, en su estado de ánimo, incluso en los nacimientos e incluso en algunos fenómenos biológicos y de alguna manera todo ello hace que la luna se convierta en algo fascinante. Un satélite que observamos con deleite…incluso de día.
El ciclo de la luna
Para entender el porqué la luna puede verse incluso cuando es de día, debemos conocer bien cuál es su ciclo. Para ello, hemos de saber (o recordar) que la luna gira alrededor de la Tierra. En su rotación es visible para el hombre cuando el sol ilumina el lado que mira hacia nuestro planeta.
A partir de aquí, es normal entender que solemos ver la luna por la tarde y por la noche. Sin embargo, hay ocasiones en las que la luna permanece visible incluso en las primeras horas del día y al final de la tarde.
El ciclo lunar tiene una duración de 29 días: durante este período la luna pasa de ser invisible (luna nueva) a la fase de máxima luminosidad y visibilidad (luna llena). Estas son las fases que se denominan fase creciente y fase decreciente.
Una luna llena ocurre cuando está detrás de la Tierra y por lo tanto el sol golpea a ambos al mismo tiempo y es entonces cuando parece que se produce el «milagro».
Temprano en la mañana, el sol golpea la Tierra con solo una fracción de la luz. Precisamente porque el cielo no ha alcanzado su brillo máximo, la luna a menudo sigue siendo visible. Eso sí, sus colores son mucho menos claros, alcanzando un tono blanco.
Pero en ocasiones, la luna aparece también durante el día cuando se encuentra en la fase menguante cuando la luna sale a última hora de la tarde y desaparece a última hora de la mañana.
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