Por qué casar niñas es común en Lalitpur


Cuando Sapna* se casó en mayo de 2021, a los 15 años, su padre, Shankar*, sintió alivio. Ya solo tenía que “preocuparse” de Jyoti*, su hija pequeña. Un mes después, la familia, que vive en Lalitpur, un distrito de la árida región india de Bundelkhand, en Uttar Pradesh, asistió a la boda del cuñado de Sapna. Ese día cambió la vida de Jyoti. El enlace se canceló y el suegro de Sapna despertó a Shankar en medio de la noche, llorando, rogando que le ayudara. Le pidió la mano de Jyoti para salvar su reputación. Shankar, que estaba ebrio, acabó cediendo. Hasta el momento de las nupcias, Jyoti, de once años, no supo nada, según cuenta la propia joven.

No son incidentes aislados en Lalitpur; más de dos de cada cinco mujeres (42,5%) entre 20 y 24 años entrevistadas en 2020-2021 afirmaron haberse casado antes de los 18. En todo Uttar Pradesh, fue el 15,8% de las mujeres en ese rango de edad, mientras que la media nacional es del 23,3%. Las zonas de Uttar Pradesh con más matrimonios infantiles son Shravasti, donde un 51,9 de las mujeres entre 20 y 24 años se casó antes de los 18, Lalitpur (42,5%), Bahraich (37,5%), Balrampur (35%) y Siddharthnagar (33,9%).

Qué hay detrás de los matrimonios infantiles

Detrás de los matrimonios infantiles de Lalitpur hay muchas razones, como el analfabetismo, la pobreza, el desconocimiento de sus repercusiones y la migración por motivos laborales. “En esta región, los enlaces con menores de edad son comunes en las familias de castas y tribus desfavorecidas, y también entre las tribus de etnia sahariya”, comenta Deepali Pateriya, directora de proyecto en la delegación en Lalitpur de Childline, una ONG que trabaja en cuestiones de malos tratos, tráfico de niños y bodas precoces. “Se trata de personas pobres que a menudo tienen que emigrar en busca de trabajo, dejando atrás a sus familias. Les preocupan sus hijas [y la seguridad de estas], y en consecuencia las casan a edad temprana, para que puedan empezar a vivir con la familia política”.

El matrimonio precoz también protege a las niñas de castas vulnerables de matones y otras personas de castas superiores, explica Pateriya. “En estas aldeas está extendido el miedo a que las hijas puedan ser acosadas, y por eso las emparejan muy jóvenes. No les importa cuántos años tengan las niñas; piensan que es una solución para este problema”.

Los habitantes de la aldea de Balabehat, en Lalitpur, mostraban su acuerdo. Allí viven casi 60 familias de etnia sahariya. Bhagirath Sahariya, de 40 años, entregó a su hija hace tres años, cuando tenía solo 17. Este padre explicaba: “A menudo tenemos que emigrar por cuestiones de trabajo. No podemos dejar solas a nuestras hijas, así que las casamos”.

“Pensamos que nuestras niñas no están seguras. La mayoría contrae matrimonio con 15 o 16 años”, añadía Dhansarani Sahariya, otro residente. “Nos sentimos aliviados cuando se van a vivir con su familia política”.

Aparte de la migración y el miedo al acoso, a los padres y madres les preocupa también la dote. “Cuando un chico empieza a ganar dinero, la familia exige una donación más alta”, explica Rajiv Ahirvar, colaborador de Jan Sahas, una ONG que lucha por evitar este tipo de enlaces. “Como la mayor parte de la gente que vive en la región tiene dificultades económicas, emparejan a sus hijas jóvenes, para no tener que pagar una cantidad demasiado elevada”.

Poner freno a los matrimonios infantiles

En el caso de Jyoti y Sapna, Childline intervino y convenció a los padres de ambas de que no debían enviarlas a vivir con la familia de los maridos hasta que cumplieran los 18 años. Sapna está ahora en décimo curso y quiere terminar el colegio, pero de vez en cuando los suegros la presionan para que vaya antes, según los padres.

A menudo, cuando Childline recibe información sobre una novia precoz, ya es demasiado tarde para evitar su destino, o bien la organización no recibe apoyo de la administración local o de los aldeanos para impedir la boda, relatan algunos de sus miembros. Entre 2019 y 2021, los colaboradores de la ONG en Lalitpur intervinieron en 12 ceremonias. Si bien dos ya se habían celebrado, seis se evitaron y cuatro fueron cancelados.

Para la Administración, en Lalitpur esta práctica se encuentra ahora bajo control, pero los datos que hay publicados son demasiado antiguos y no muestran la verdadera imagen, señala Surendra Kumar Patel, agente de libertad condicional del distrito. Los más recientes, empleados para este artículo, corresponden a la Encuesta Nacional de Salud Familiar de India, efectuada entre 2020 y 2021.

“El Gobierno ha iniciado muchos planes para la educación de las niñas y para impedir esta práctica. En algunos casos se han incoado procesos penales, por eso no nos hemos encontrado ningún caso en los dos últimos años”, afirma Patel. El agente, no obstante, declina aportar datos del número de esponsales en los que la Administración ha intervenido y ha abierto procesos penales.

Un proyecto de ley presentado en el Parlamento en diciembre de 2021 solicita que se enmiende la ley de 2006 con objeto de aumentar la edad mínima para casarse de 18 a 21 años en las mujeres. Al preguntarle a Patel qué impacto podría tener este proyecto de ley, afirma que no habían recibido ninguna directiva gubernamental al respecto, y que establecerían una estrategia en cuanto cambiasen las normas.

La edad de las mujeres en el momento de las nupcias no debería aumentarse mediante enmiendas legislativas, que han demostrado ser inútiles para impedir los enlaces, sino con métodos prácticos como aumentar el acceso de las niñas a la educación, y así darles capacidades que les permitan obtener un trabajo, explica Poonam Muttreja, directora ejecutiva de Fundación para la Población de India [Population Foundation of India] en febrero de 2022.

La repercusión del matrimonio infantil en la salud

Los matrimonios infantiles podrían hacer que las mujeres acaben teniendo más hijos de los que tendrían casándose a mayor edad. Según los expertos, estas jóvenes son más propensas a sufrir anemia y sus vástagos tienen más probabilidades de padecer malnutrición. “Nos vienen muchas chicas de 17 y 18 años casadas. Les decimos que esperen unos años a tener hijos. Tres o cuatro veces al mes nos encontramos niñas de no más de 17y 18 años ya embarazadas”, afirma Rashmi Srivastava, asesora en la Clínica de Salud Adolescente perteneciente al hospital del distrito de Lalitpur. “Les hacemos entender que es importante que dejen transcurrir un tiempo entre el primer hijo y el segundo”.

Hasta un 9,4% de las jóvenes de 15 a 19 años entrevistadas en Lalitpur entre 2020 y 2021 habían sido madres recientemente o estaban encintas. En Uttar Pradesh, el porcentaje era del 2,9%, y la media en India es del 6,8%.

En las aldeas hay poca conciencia de las repercusiones que este tipo de uniones tiene para la salud de las niñas, y falta infraestructura para iniciar campañas de sensibilización masiva, explica Srivastava. En el Centro de Salud Adolescente de Lalitpur trabajan solo dos asesoras, explica.

Los centros de salud para adolescentes están integrados en el Rashtriya Kishor Swasthya Karyakram (RKSK –Centro Nacional de Salud Adolescente). En estas consultas asesoran a chicos y chicas sobre seis materias, incluidas la nutrición, la salud y la reproducción. En Uttar Pradesh hay 346 de estos espacios, dos de ellos en Lalitpur. Pero pocos visitan los de Uttar Pradesh, y por lo general dudan en pedir ayuda a los profesionales de atención primaria.

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