¿Por qué el Chelsea, tras 520 millones gastados, sigue dentro del 'fair play'?

¿Por qué el Chelsea, tras 520 millones gastados, sigue dentro del 'fair play'?

Muchos se preguntan cómo el Chelsea está consiguiendo mantenerse dentro de los límites del ‘Fair Play’ financiero (FFP) a pesar de haberse gastado más de 520 millones de euros esta temporada. La adquisición del club inglés por parte de Todd Boehly ha venido sucedida de una fuerte inversión en fichajes que está suscitando quejas entre los demás equipos, pero ¿cuál es el truco?

El Chelsea está exprimiendo el mismo recurso financiero que emplean los demás clubs y la mayoría de empresas del mundo, el uso de la amortización para diferir su gasto. En el fútbol, eso permite a un equipo dividir el coste del fichaje de un jugador entre los años de contrato firmados, es decir que si un futbolista cuesta 100 millones de euros y ficha por cinco temporadas, cada una de ellas tendrá un coste de amortización y un impacto en las cuentas de 20 ‘kilos’, a los que luego se añade su salario. 

El Chelsea ha fichado esta temporada a futbolistas por una gran suma de dinero. El caso más reciente es el de Mudryk, que costó 100 millones de euros (variables incluidos), aunque el secreto de la operación es su contrato, pues firmó por los próximos ocho años y medio, el más largo de la historia de la Premier.

En teoría, los estatutos de la FIFA establece en cinco años la duración máxima de un contrato, pero hay salvedades a las que se está acogiendo el Chelsea para diferir su gasto.

Este mecanismo es el que emplean los ‘blues’ en la mayoría de las inversiones realizadas desde que Boehly adquirió el club. Wesley Fofana, que costó más de 80 millones de euros, firmó por siete temporadas, Marc Cucurella (65M), Chukwuemeka (22M) y Casadei (15M) lo hicieron por seis, Raheem Sterling (56M) por cinco y los casos más extremos son los de Mykhailo Mudryk (100M y 8,5 temporadas), David Datro Fofana (12M y 7,5 temp.) y Benoit Badiashile (40M y 7,5 temp.).

Cambios en la normativa UEFA

Por su parte, la UEFA revisará el caso y está preparada para cerrar las zonas grises a las que se ha acogido el Chelsea para tirar de chequera y fichar a discreción. El organismo futbolístico ya ha aprobado un cambio para que no se puedan realizar amortizaciones más allá de cinco años, aunque dicha normativa no entrará en vigor hasta el curso que viene, extendiendo a tres campañas su total aplicación. Es por ello que no afectará a lo hecho por el el club inglés, aunque sí impedirá que se produzcan mercados como el que han protagonizado desde Stamford Bridge.

También las ventas

Además de las largas amortizaciones, el Chelsea también ha ido cuadrando sus balances con las ventas de sus futbolistas. Cada verano, los ‘blues’ se han desprendido de uno o varios jugadores para tener un ingreso extra que amortiguara su agresiva política de fichajes.

Este verano salieron Timo Werner (Leipzig) y Emerson (West Ham), entre otros, dejando más de 55 millones en caja. El curso pasado se ingresaron 125 ‘kilos’ por las salidas de Abraham (Roma), Zouma (West Ham) y Tomori (Milan), pero sin duda la mejor venta se produjo en 2019 con la marcha de Eden Hazard al Real Madrid por 115 millones de euros. 




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