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¿Por qué el ombligo es la parte más sucia de nuestro cuerpo?

Muchos pensamos que la zona genital e íntima es la parte más sucia del cuerpo humano. Pero esto es relativamente cierto ya que hay otras partes que no debemos pasar por alto ya que son incluso peores que nuestra área genital. En concreto el ombligo que es en realidad, la parte más sucia de nuestro cuerpo, pero ¿por qué?.

El ombligo, la parte más sucia del cuerpo

Si tuviéramos que hacer un ranking de las partes de nuestro cuerpo que contienen más bacterias, el ombligo ocuparía el primer lugar. De hecho, la ciencia ha confirmado que es el lugar donde más se conservan las bacterias.

Quizás para algunos esto resulte una novedad, dado que es más espontáneo pensar que las partes más sucias son las que satisfacen las necesidades corporales; sin embargo, ese no es exactamente el caso.

Evidentemente, hablando de ciencia, no podemos dejar de ir a ver cuáles son los resultados de algunas investigaciones realizadas sobre la cuestión del ombligo y los gérmenes. En particular, nos centraremos en la investigación del profesor Rob Dunn y su equipo de la Universidad de Carolina del Norte .

En 2012 , los investigadores identificaron y contaron los microorganismos presentes en el ombligo de 60 personas (30 hombres y 30 mujeres), y encontraron aquí una variedad notable, en comparación con cualquier otra parte del cuerpo humano.

Se identificaron más de 2300 especies de bacterias a partir de los resultados. Esto, por supuesto, en 60 personas: en promedio, en nuestro ombligo, de 29 a 107 especies diferentes de bacterias viven tranquilamente, dependiendo de la persona que las hospeda. Es prácticamente un mundo aparte y varía para cada uno de nosotros.

¿Por qué precisamente el ombligo?

Los científicos han identificado varias causas que llevan al ombligo a albergar tantas bacterias, más incluso que las que se llegan a acumular en la boca.

La primera causa es que las personas ignoran o lavan mal esta parte del cuerpo. La segunda causa tiene que ver con nuestra ropa y lo que la ropa deja en el ombligo. La tercera, en cambio, es provocada por nuestro propio cuerpo, ya que se remonta a las células muertas que allí se depositan.

Por ello debemos incidir mucho en lavar bien la zona del ombligo cuando nos duchamos o incluso utilizar un pequeño bastoncillo humedecido en alcohol para limpiar mejor, y también suele recomendarse no tocarse nunca el ombligo ya que podría dar pie a que se genere una infección a partir de esas bacterias acumuladas.


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