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¿Por qué es tan fuerte la relación entre Messi y Dibu?

¿Por qué es tan fuerte la relación entre Messi y Dibu?

Los guiños mutuos se multiplican. Es natural que todos adoren al genio con sus manifestaciones. Su magia lo hace casi obvio. Lo que no resulta habitual es que ese futbolista extraterrestre acaricie con reacciones y palabras una y otra vez a un mismo compañero. Pasa que Emiliano Martínez repite la conducta de la mayoría de los jugadores con Lionel Messi. También sucede que Leo le regala gestos y alabanzas más que seguido a Dibu. Se trata de la potente conexión entre el 10 y el 23 que impulsa a Argentina y sus sueños de campeón del mundo.

Vale mirar de nuevo ese momento en que Lautaro Martínez cierra la serie de penales contra Países Bajos. Todos los jugadores argentinos corren para celebrar con el goleador del Inter. Todos menos uno. Todos menos Messi. Observa Leo que el otro Martínez, Emiliano, el arquero, el hombre que atajó los dos primeros remates, en la otra punta del campo se desploma y queda tirado boca abajo sobre el césped bien verde del Lusail.

Messi, minutos después, eleva a Emi Martínez: “Dibu nos salvó de nuevo. Es un monstruo”. El arquero, casi al mismo tiempo, define: “Leo siempre cumple; yo trato de ayudarlo lo más que puedo”. Juntos además son capaces de arrimarse al presidente de la AFA, a Claudio Tapia, para darle un abrazo y con complicidad decirle: “Disfrutalo Gordo, te lo merecés”.

Hace poco más de tres años, cuando aún no lograba afirmarse en el Arsenal, cuando todavía no había protagonizado la transferencia más cara de la historia de un arquero argentino, en un calentamiento de un partido de la albiceleste, Emiliano Martínez era suplente. Entonces, fue al arco para actuar de arquero-spárring, para atajar los tiros libres que Messi suele ejecutar en cada previa. Siempre Dibu recuerda que llegó a desviarle un zurdazo impactante al 10. Tanto se infló su orgullo por ese episodio que guardó como recuerdo aquel video registrado por ESPN.

Ahora el archivo personal que tiene Dibu con Messi creció de un modo exponencial. Debe haber pocos futbolistas que ostenten uno superior, o inclusive que logren igualarlo. Lo que Emiliano Martínez no podrá mostrar jamás con exactitud total es cuánto influyó con su personalidad en la transformación del carácter de Leo cada vez que se pone la celeste y blanca. Simple coincidencia, o no tanto, el 10 empezó a “maradonizarse” desde Dibu le ganó la pulseada por la titularidad a Franco Armani.

La relación Messi-Dibu se hizo mucho más cercana en la Copa América de Brasil. De entrada, astuto en el discurso, Martínez dio el primer paso con una frase desbordada de contundencia: “Quiero ser campeón antes que nada por Messi”. Después, sumó muchos otros argumentos que al capitán atraparon. Vinieron los penales históricos del arquero con el viralizado “Mirá que te como, hermano, mirá que te como…”… El nacimiento de su hijita que Emiliano no presenció para respetar la concentración desde el principio hasta el final… La arenga de Leo antes de vencer a Brasil en el Maracaná reconociendo todo lo que había resignado el arquero…

Dibu Martínez tiene una fortaleza mental asombrosa. Tal vez sea porque abandonó su Mar del Plata natal a los 12 años, separándose de su familia e instalándose en una pensión de Avellaneda. Voló pronto al Arsenal de Wenger, antes de debutar en Independiente, pero le costó casi una década afirmarse como titular. Jamás se rindió, entre otras cosas, porque cree en la psicología. A su psicólogo apeló luego de la derrota con Arabia Saudita. También en la previa con Países Bajos. A él le mostró la captura que había sacado con su celular de las declaraciones de Van Gaal diciendo que la orange tenía ventaja si llegaban a penales. “Prendió dinamita”, contó Dibu con el acceso a semis asegurado.

Busca Emiliano Martínez inyecciones anímicas en distintos lugares, inclusive utilizando expresiones rivales. Pero ese recurso no solo lo aplica para él. También lo extiende a Messi. Le cuenta al 10 algunas cuestiones que dicen de él para hacerlo “enojar”, para multiplicar sus ganas de redondear un partidazo. Y Dibu lo blanquea con naturalidad: “El arquero había dicho que si había un penal se lo atajaría. Yo le mostré eso a Leo y le dije que lo estaban ‘boqueando’. Y él me dijo que les iba a hacer dos goles. Hizo más: metió los dos penales y dio una asistencia increíble”.

Messi y Dibu, o Dibu y Messi. No importa el orden. Es uno para el otro. Es la conexión que impulsa a Argentina y sus sueños de campeón del mundo.




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