¿Por qué hay gente a la que le gusta la lluvia?

Los días de lluvia son deprimentes y molestos para muchas personas . Pero hay algunas almas, quizás especialmente melancólicas, que encuentran alegría y tranquilidad en los días de lluvia. La persona que ama la lluvia se define como un » pluviófilo «. En realidad, es un término raro y poco documentado así que te explicamos ahora más sobre la pluviofilia y por qué hay gente que le gusta la lluvia.

Pluviofilia: ¿Por qué hay gente que le gusta la lluvia?

Pluviofilia es un neologismo utilizado para designar a las personas que sienten una especial fascinación por la lluvia y todo lo relacionado con ella. Se suele utilizar principalmente en círculos populares, no estando aún incluido en ningún diccionario oficial o manual dedicado a los trastornos mentales.

A diferencia de la mayoría de las filias, que pueden en su mayoría referirse a enfermedades psicológicas relacionadas con una atracción sexual inusual, la pluviofilia no suele tener un carácter erótico en su contenido. Las personas que dicen que lo tienen lo hacen en términos positivos la mayor parte del tiempo.

Aunque en casi todos los casos la pluviofilia no causa prácticamente ningún problema, es necesario entender exactamente qué es para compararla con el resto de las filias existente. Solo así se puede decidir si se trata de un comportamiento normal, o si por el contrario muestra la existencia de un trastorno.

Síntomas

Las personas que se consideran pluviofílicas o pluviófilas dicen tener un excesivo amor y fascinación por la lluvia. De esta forma, en vez de verlo como algo negativo, quienes tienen esta característica se alegran cuando empieza a hacer mal tiempo.

Esto da como resultado una serie de comportamientos entre los que destacan.

  • Se sienten relajados escuchando la lluvia: Debido a que sienten una gran atracción por el clima lluvioso, las personas con esta característica suelen asociar su sonido con un estado de calma y paz interior. Por eso, no es raro que escuchen grabaciones de lluvia para relajarse y evitar estados de ánimo como la ansiedad o el estrés. Por otro lado, en el caso de que sí se produzca una tormenta, también es habitual que estas personas interrumpan lo que están haciendo para dedicarse a escucharla durante un tiempo más corto o más largo.
  • Salen a la calle, incluso a riesgo de mojarse: A diferencia de las personas que corren para ponerse a cubierto cuando empieza a llover o se marchan con un paraguas si no tienen otra opción, las personas pluviofílicas se sienten tan atraídos por este fenómeno meteorológico que prefieren mojarse antes que refugiarse bajo un techo.
  • Asocian el bienestar a este clima: En general, la característica más notable de estas personas es que sienten un profundo bienestar cada vez que están en presencia de la lluvia. Esto iría en contra de lo que le ocurre a muchas personas, que asocian la lluvia con un estado de ánimo triste o apático.

Causas

Dado que la pluviofilia no suele causar ningún tipo de consecuencia negativa, no se ha investigado a fondo para saber a qué se debe.

Sin embargo, como cualquier otra diferencia de sabor, las razones de esta característica pueden ser diferentes.

En general, la psicología cree que las diferencias individuales son causadas principalmente por dos fuerzas complementarias: la biología y el aprendizaje.

  • Biología: Hay una gran cantidad de factores físicos que pueden estar involucrados en la formación de los gustos y preferencias particulares de una persona. Estos incluyen la carga genética de cada uno y la presencia de diferentes niveles de hormonas y neurotransmisores en el cuerpo. Estos dos factores pueden provocar enormes diferencias en la personalidad y forma de ser de un individuo, por lo que se cree que pueden tener un gran peso en el aspecto de la pluviofilia.
  • Aprendizaje:  Por otra parte, la biología no es el único factor explicativo de la mayoría de las características de las personas. Durante décadas, los psicólogos han sabido que las experiencias que tenemos a lo largo de nuestra vida influyen mucho en cómo interpretamos las diferentes situaciones. Por ejemplo, una persona que de niño tuvo muy buenas experiencias en un clima lluvioso, es más probable que se sienta atraída por este fenómeno meteorológico. Por otro lado, también pude haber hecho este aprendizaje indirectamente, si observé alguna figura de referencia atraída por la lluvia.

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