No existe en el baloncesto un parqué más reconocible que el del Garden. Su leyenda nació durante la Segunda Guerra Mundial. La falta de madera, destinada a la construcción de barcos militares, obligó a los Celtics a juntar pequeñas piezas de distintos colores para armar su pista. Ese parqué es historia de la NBA. “Hay estadios que despiertan a los fantasmas y el Garden es uno de ellos”, dice a EFE Richard Johnson, director del museo de los Celtics desde 1982.
De Red Auerbach y Bill Russell, a Larry Bird, pasando por el trío Paul Pierce, Kevin Garnett y Ray Allen, hasta llegar a Jayson Tatum, Marcus Smart y Jaylen Brown. Los Celtics siguen agrandando su leyenda y pelean en estas Finales NBA por el que sería su decimoctavo título, un récord absoluto. El icónico parqué de Boston ha sido el punto en común entre la leyenda construida en los años 50 hasta las nuevas ambiciones de este ya inolvidable 2022.
El responsable de preservar el inestimable valor de la historia de los Celtics es Richard Johnson (Worcester, Massachusetts, 1955), el director del ‘Sports Museum’ de Boston, ubicado dentro del TD Garden, donde se pueden admirar trofeos, fotos históricas y reliquias de una de las franquicias de más tradición en la NBA.
Aficionado de los Celtics desde los ocho años, Johnson se ocupa del museo desde 1982 y es un auténtico manual vivo de historia del equipo y del Garden: “Hay algunos estadios que despiertan a los fantasmas, como Anfield, o el Bernabéu. El Garden es uno de ellos”, cuenta.
La crisis de la madera, clave de un parqué único
No hay en la historia del baloncesto un parqué más reconocible que el de los Celtics. Sin embargo, su leyenda forjada a lo largo de los años se originó por una simple necesidad.
El parqué se instaló en el Garden a principios de los años 40, en plena Segunda Guerra Mundial, cuando Estados Unidos usaba grandes cantidades de madera para cuestiones militares, como para la construcción de barcos, finalizadas a defender el país.
En ese período era muy complicado encontrar tablas de madera del mismo color y por esa razón el parqué del Garden estaba formado por piezas de distintos colores.
“La madera era de buena calidad, solo era de color distinto y eso se convirtió en un elemento reconocible del equipo. No se me ocurren otros equipos que cuenten con un parqué que sea realmente su ‘marca particular’”, reconoce Johnson a EFE.
¿Y por qué los demás equipos contaban con parqués del mismo color? Boston no nació como capital de baloncesto, sino se convirtió en capital de este deporte en los años siguientes, a base de legendarios triunfos. Otras ciudades de Estados Unidos, como Philadelphia, Chicago o Nueva York ya tenían anteriormente estadios de baloncesto usados por los equipos universitarios, cuando todavía no existía esa crisis de madera.
Sin aire acondicionado para los Lakers
“Se quería que los rivales llegaran a Boston sintiendo que los Celtics tenían una ventaja de campo brutal. Existía la leyenda de que había partes de madera más suaves en algunas zonas de la pista y el balón no rebotaba normalmente. En realidad, yo jugué al baloncesto en ese parqué y no era así. A veces podía pasar que el balón rebotara un poco menos, pero no era algo tan pronunciado”, asegura Johnson.
“En el Garden hace años no había aire acondicionado. Hace 38 años Pat Riley, entonces técnico de los Lakers, se quejó a la NBA porque el vestuario de los visitantes no tenía aire acondicionado, pese a que existiera una regla que lo estipulaba. La NBA llamó a Red Auerbach y él les colgó el teléfono”, cuenta.
Finalmente, Auerbach tuvo que aceptar la petición de la NBA, aunque lo hizo preparando una sorpresa para los Lakers.
“Vinieron los Lakers y ese día hacía muchísimo calor, más de 37 grados, y se encontraron la máquina del aire acondicionado en el vestuario. Lo único es que no estaba instalada y no se podía usar”, recuerda.
Es una de las muchas historias que contribuyeron en crear la leyenda del Garden y el propio Auerbach nunca escondió que su objetivo era precisamente que los rivales se sintieran incómodos, que “odiaran” jugar en ese estadio.
Entre los muchos enemigos del Garden estaba Bill Laimbeer, pívot de los Detroit Pistons, uno de los grandes rivales de los Celtics en los años 80, que tenía la costumbre de “escupir en el logo del duende antes de cada partido” en esa pista.
El nuevo parqué
Ninguna tabla de madera del Garden original se usa en el actual estadio, donde los Celtics juegan desde 1995. Eso sí, se mantuvo durante cuatro años, hasta 1999, antes de ser completamente remodelado.
Sin embargo, la franquicia honró esa tradición y siguió usando madera de colores distintos para armar su pista.
El actual parqué es de tercera generación, pues la NBA introdujo una regla que impone a los equipos renovar su pista cada diez años.
“La regla es relativamente nueva y el parqué solo se renovó tres veces. Es notable si se piensa que es el tercero en 75 años de historia de la franquicia”, destaca Johnson.