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¿Por qué la visita de Nancy Pelosi a Taiwán asusta al mundo? Las claves del conflicto que enfrenta a China con EE UU

¿Por qué la visita de Nancy Pelosi a Taiwán asusta al mundo? Las claves del conflicto que enfrenta a China con EE UU

La visita que concluyó este miércoles a Taiwán de Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de EE UU, ha devuelto a la actualidad el conflicto que enfrenta a China con Taiwán, una isla que considera parte inalienable de su territorio. “Estados Unidos ha venido para dejar claro que no abandonaremos a Taiwán”, ha dicho Pelosi. Este respaldo ha enfurecido a los gobernantes chinos, que alertan a Washington de “estar jugando con fuego” y amenazan con una respuesta contundente a lo que consideran una provocación por parte de EE UU. A continuación, se repasan las claves de un conflicto que, pese a alargarse desde el fin de la II Guerra Mundial, se ha agravado en los últimos años como consecuencia de la mayor asertividad de la China de Xi Jinping en la defensa de sus intereses y de un distanciamiento progresivo de los taiwaneses del gigante del otro lado del estrecho de Formosa.

¿Qué consecuencias podría acarrear la visita a Taiwán de Pelosi?

La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos es la política estadounidense de mayor rango en poner un pie en la isla desde la visita en 1997 de Newt Gingrich. Entonces, China estaba en pleno proceso de integración de Hong Kong, que desde 1898 había sido una colonia británica, y optó por tragarse su enfado. Además, el republicano Gingrich, entonces también presidente de la Cámara de Representantes, viajó bajo la Administración del demócrata Bill Clinton, lo que desde China se interpretó como una lucha interna entre los dos partidos. Pelosi, por el contrario, es demócrata, al igual que el actual presidente, Joe Biden.

Nancy Pelosi en su visita a Taiwán.Foto: EUROPA PRESS | Vídeo: REUTERS

En estos 25 años, China se ha convertido en un país mucho más rico, mucho más armado y que demuestra menos paciencia con Taipéi, que, según la perspectiva de Pekín, no tiene derecho a cultivar sus propias relaciones exteriores. Que altos funcionarios extranjeros visiten el territorio “rebelde” se interpreta como una muestra de apoyo a su independencia.

China lleva semanas advirtiendo que se opone firmemente a la visita y que no dudará en adoptar “medidas contundentes”. Pekín anunció el martes nuevas maniobras militares alrededor de Taiwán durante los próximos días, incluidas algunas con misiles. El espacio aéreo y marítimo de la provincia de Fujian (la más cercana a Taiwán) ha quedado abierto exclusivamente al Ejército.

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Además, ha prohibido la importación de productos de más de un centenar de empresas taiwanesas del sector de la alimentación, agricultura y pesca. Los analistas anticipan un aumento del número de ejercicios del Ejército chino en la región y la aprobación de nuevas sanciones chinas contra la isla. Ven, sin embargo, poco probable que la escalada de tensiones desencadene un conflicto bélico.

¿Cuál es el statu quo de Taiwán?

Taiwán no es una región administrativa especial de China, Hong Kong y Macao, sino que funciona como un Estado de facto, que cuenta con un Gobierno elegido democráticamente, una Constitución y un Ejército con unos 300.000 activos. Taiwán es, además, la 21ª potencia económica mundial, y líder de la industria de los semiconductores, área en la que ocupa más del 65% de la cuota de mercado.

China, sin embargo, considera a la isla una provincia “rebelde” cuyo Gobierno es “ilegítimo”. Las relaciones diplomáticas del gigante asiático con el resto de países se basan en el principio de Una sola China, que significa precisamente eso: China no hay más que una, y esta incluye Taiwán.

La cuestión taiwanesa ha sido una constante en la política del Partido Comunista de China, aunque el discurso se ha endurecido desde la llegada al poder del actual presidente, Xi Jinping. El objetivo primordial del Gobierno chino es frenar cualquier posibilidad de una declaración formal de independencia y otorga primacía a la “reunificación” pacífica, aunque no descarta el uso de la fuerza como último recurso. En palabras del propio Xi, la reunificación es “una misión histórica del Partido”.

¿Ha sido Taiwán históricamente parte de China?

Taiwán estuvo bajo dominio total chino entre 1683 y 1895, durante la dinastía Qing. En 1895, tras la derrota de China en la I guerra sino-japonesa, el país se vio obligado a ceder el territorio a Japón.

Con el fin de la II Guerra Mundial en 1945, la República de China —vencedora del conflicto, en el bando de los aliados— obtuvo el consentimiento de Estados Unidos y el Reino Unido para gobernar la isla. Tras la victoria del Ejército comunista en la guerra civil china en 1949, los líderes nacionalistas huyeron a Taiwán, donde Chiang Kai-shek instituyó el Gobierno de la República en el exilio. En la parte continental, Mao Zedong declaraba la fundación de la República Popular China.

La Organización de Naciones Unidas dejó de reconocer a Taiwán como un Estado soberano en 1971, año en el que transfirió el reconocimiento diplomático a Pekín. Desde entonces, el número de países que han establecido lazos bilaterales con la República Popular China en detrimento de la República de China (el nombre oficial de Taiwán) ha ido en aumento. Actualmente, solamente 13 naciones y el Vaticano mantienen vínculos diplomáticos con Taiwán en lugar de con China.

¿Cuáles son los intereses de Estados Unidos?

China y Taiwán están separadas por una distancia de 160 kilómetros a través del estrecho de Formosa. Taiwán forma parte de lo que se conoce como la “primera cadena de islas”, en las que se incluye una serie de archipiélagos que tradicionalmente se consideran “amigos” de Estados Unidos y son clave para el juego de poderes en Asia-Pacífico.

Estados Unidos siempre ha mantenido una relación “no oficial” con la isla y defiende su “ambigüedad estratégica” a través del “Acta de Relaciones con Taiwán”, aprobada por el Congreso norteamericano en 1979, año en el que reconoció al Gobierno en Pekín como el representante de China.

Precisamente por esa “ambigüedad”, la cuestión taiwanesa se ha convertido en uno de los puntos más delicados y que genera más tensiones y desencuentros entre las dos principales potencias mundiales. Washington es el principal proveedor de armamento de Taiwán y, tal y como ha dicho Biden abiertamente en tres ocasiones —aunque corregido de inmediato por su equipo de prensa—, sería su mayor aliado militar en caso de conflicto bélico con China.

¿Qué quieren los taiwaneses?

Según un estudio de junio de 2022, la gran mayoría quiere mantener el statu quo de manera indefinida. Solamente el 5,2% apoya la independencia, mientras que el 1,3% aspira a la reunificación con China. En cuanto a la nacionalidad, más del 60% de la población se identifica como taiwanesa, mientras que poco más del 30% lo hace como chino-taiwanesa.

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