América es la Tierra de libre comercio … precisamente hasta que no lo sea. A través de una maraña de leyes y regulaciones, el gobierno de los Estados Unidos tiene un amplio control sobre lo que se puede exportar a quién, particularmente en áreas con tecnología sensible o preocupaciones de seguridad nacional. En general, esas restricciones son flojas, por lo que las nuevas empresas en su mayoría no han tenido que pensar en las leyes de exportación.
Sin embargo, ese mundo abierto se está cerrando rápidamente, y las empresas nuevas bien podrían ser las más perjudicadas, dado que tienen recursos limitados para manejar este tipo de procesos burocráticos y las posibles multas por multas importantes.
La semana pasada, el presidente Trump firmó una orden ejecutiva que requiere que el Departamento de Comercio inicie una revisión de las regulaciones y prácticas de cumplimiento para garantizar que las entidades de los Estados Unidos (personas y empresas) no proporcionen “tecnología o servicios de información y comunicaciones” a un “adversario extranjero”. “. Ese término se leyó como una descripción de China, aunque nada en la orden impide su expansión para cubrir otros países en el futuro.
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