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¿Por qué parece que el tiempo se nos pasa volando?

¿Has notado que el tiempo parece volar ahora que estás todo el día en casa? Parecía que el confinamiento en casa por el coronavirus iba a ser aburrido y los días se nos iban a hacer larguísimos, pero si lo pensamos ya ha pasado más de un mes desde que se decretara el estado de alarma así que puede que te estés preguntando ¿cómo han pasado 31 días tan rápido?.

Por qué parece que el tiempo se nos pasa volando durante el confinamiento en casa

Hace un mes, el hecho de tener que estar en casa sin poder salir a la calle, se presentaba como algo tedioso y aburrido. Quizás por ello, desde el primer momento hemos buscado cosas qué hacer , películas y series qué ver, actividades y juegos con los niños, hemos limpiado, hecho ejercicio, cocinado y en algunos casos también como no, hemos teletrabajado y parece que todo ello, llevado a un espacio limitado (y en algunos casos reducido) ha provocado una inversión del tiempo tal que hace que tengamos la sensación real de que las horas se nos están pasando volando.

En realidad, al margen de confinamientos, el tiempo es siempre el mismo para todos, pero la forma en que lo percibimos varía en función de muchos elementos y en esta situación concreta que estamos viviendo, el modo en el que empleas el tiempo, sumado a la monotonía o repetición continua de determinadas acciones o actividades, nos lleva a ni tan siquiera notar que pasan las horas.

La aceleración subjetiva del tiempo

Todo esto lo podemos entender a partir de la llamada «aceleración subjetiva del tiempo» que hace referencia a esa sensación que muchas personas suelen tener sobre el tiempo y lo rápido que pasa a medida que envejecen y en especial a partir de los 30 años. Es solo un mito, pero lo cierto es que es una sensación que la mayoría de adultos, por no decir todos, comparten y parece que dicha «aceleración subjetiva del tiempo», también se está produciendo ahora que vivimos en cuarentena.

Pero ¿qué es realmente la aceleración subjetiva del tiempo? Muchos neurólogos han demostrado con diversos estudios cómo se percibe el tiempo a medida que envejecemos para llegar a la conclusión de que en realidad, el hecho de experimentar como los días pasan más rápido, no es una cuestión de la edad sino que existen otros factores que influyen.

Todo ello tiene que ver con nuestro reloj biológico interno que está controlado además por el ciclo de sueño/vigilia, y al que se le suman además circuitos neuronales relacionados con la atención, la memoria y el área motora, de modo que cuando estamos hablando de «aceleración subjetiva del tiempo» tenemos que decir que en realidad lo que sucede es que, en determinadas circunstancias, como el hecho de vivir ahora en confinamiento, es posible que la percepción del tiempo haya cambiado hasta el punto de tener la sensación de que va mucho más rápido, al margen que notemos también que todos los días son iguales y que lleguemos a perder la noción del día en el que estamos (un hecho que también se está dando en algunos casos).

No nos hemos vuelto locos. Tan solo vivimos una situación de excepción que ha provocado que nuestro cerebro parece contabilizar el tiempo de otra manera. Si estuviéramos viviendo la vida de siempre, con nuestro trabajo, nuestros problemas habituales, planificando cosas o pensando en las próximas vacaciones, nuestro cerebro estaría más «ocupado» y con ello tendríamos la sensación de que las horas son más largas, pero ahora ya nos hemos acostumbrado a hacer prácticamente lo mismo todos los días, haciendo que el cerebro se «relaje» y con ello, que «ahorre energía» y precisamente nos provoque la sensación de que el tiempo vuela.

Debemos entonces invertir mejor el tiempo durante el confinamiento. No hacer siempre las mismas actividades, sino que es mejor organizarse para que cada día hagamos algo distinto. Por ejemplo un día ejercicio, otro cocinamos, otro lo dedicamos a relajarnos escuchando música, o hablando por teléfono con amigos y familiares y también porqué no, nos tumbamos y dejamos que el tiempo se nos pase sin más. Te darás cuenta entonces de que sí, el tiempo pasa al mismo ritmo que lo hace siempre y que todo es cuestión de lo que haces y también cómo lo haces.

La presión del tiempo

Por que en realidad, si te cargas de tareas o de «planes qué hacer en la cuarentena», puede que acabes estresado o estresada provocando así algo que se conoce como «presión del tiempo», una teoría que relaciona el estrés con la sensación de que no llegamos a nada y que el tiempo se nos pasa volando.

¿Cómo acabar entonces con todas estas sensaciones? Quizás viviendo el momento presente, y sobre todo, intentando que nuestro cerebro descubra cosas nuevas (tal vez apuntarte a algún curso online) para que de este modo, podamos sentir como durante el confinamiento, el tiempo pasa a su ritmo. No es algo que debamos hacer a cada momento. Dedica por ejemplo el fin de semana a ese quehacer nuevo  y descubrirás cómo comienzas a notar los días como hacías antes del confinamiento.


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