Por qué se confunde el Día de Todos los Santos con el de los Fieles Difuntos

El mes de noviembre tiene un arranque importante para los creyentes y la iglesia católica ya que el 1 de noviembre se celebra el día de Todos los Santos, que en España es festivo nacional, mientras que el 2 de noviembre se celebra el día de los Fieles Difuntos y que a pesar de no ser festivo, es bastante similar al anterior por lo que puede lleve a confusión.

Por qué se confunde el Día de Todos los Santos con el de los Fieles Difuntos

La celebración del Día de Todos los Santos cada 1 de noviembre, sirve para conmemora o celebrar de alguna manera a todos los santos y mártires, conocidos y desconocidos, a lo largo de la historia cristiana y tal vez el hecho de que exista también un día de los Fieles Difuntos, puede hacer que la gente confunda ambos días y más si tenemos en cuenta que este segundo se celebra el 2 de noviembre.

De este modo, ayer celebramos Todos los Santos, día en el que además se celebra la onomástica de todos aquellos nombres que no tienen un santo o un día asignado, mientras que hoy martes de 2 de noviembre celebramos el Día de los Fieles Difuntos, cuyo principal objetivo es el de orar por aquellos fieles que han acabado su vida terrenal y, especialmente, por aquellos que se encuentran aún en estado de purificación en el Purgatorio.

En muchos países, el 2 de noviembre es una jornada que se dedica a ir a visitar la tumba de los familiares o allegados que han fallecido, por lo que los cementerios se llenan con flores y velas y luces de todo tipo. Una costumbre que también tenemos en España aunque suele hacerse mucho más el 1 de noviembre, para Todos los Santos (dado que es además un día festivo) y de ahí que también se genere cierta confusión entre los dos días.

Cómo se originó el Día de los Fieles Difuntos

La idea de conmemorar a los muertos cada 2 de noviembre, parte de un rito bizantino que celebraba a todos los muertos, el sábado anterior al llamado domingo de Sexagésima, o aproximadamente en un período comprendido entre finales de enero y el mes de febrero, para nosotros, por tanto, en las puertas si no en medio del período del Carnaval, mientras que en la iglesia romana la referencia se remonta a finales del siglo X, gracias al abad benedictino San Odilo de Cluny, mentor de la Reforma cluniacense con quien se estableció que las campanas de la abadía se harían sonar con motivos fúnebres después de la vísper del 1 de noviembre para celebrar a los muertos. Además, se decidió que en este día en particular, que es el día después del dedicado a todos los santos (y también dos días después de Halloween) se ofrecería la Eucaristía en memoria de los muertos. Posteriormente se oficializó el rito extendido a toda la Iglesia Católica en el siglo XIV.


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