¿Por qué se regala un libro y una rosa el día de San Jorge?

El 23 de abril de cada año es uno de los días más señalados para los habitantes de Cataluña que lo viven como un día especial en honor a San Jorge. La tradición para celebrar Sant Jordi manda que es una jornada propicia para regalar una flor y un libro y, aunque no sea un día festivo, los ciudadanos lo celebran siguiendo la tradición que se ha trasladado incluso a otros puntos de España.

El patrón de Cataluña llena los balcones de símbolos catalanes, aunque los elementos centrales de esta fiesta son la cultura y el amor, representados, como no, por un libro y una rosa.

Este año, con la pandemia y las restricciones, será complicado ver aglomeraciones para comprar ese libro que regalar en los puestos que suelen ser habituales en zonas como las Ramblas. A pesar de ello, la tradición se celebrará este año en toda la región.

El caballero San Jorge

Cuenta la tradición que fue un caballero del siglo III, Jorge, que combatía con los romanos, se negó a salir para matar cristianos. Por esto fue ajusticiado y asesinado.

Según cuentan las fuentes fue convertido en mártir por defender la religión y pronto se convirtió en el patrón de lugares como Cataluña, Aragón, Inglaterra o Portugal.

Los datos históricos dicen que fue el 23 de abril del año 303 cuando Jorge, el caballero, murió.

Una rosa y un libro

Fue ya en el siglo CV cuando se celebraba una Feria de las Rosas en Barcelona con motivo de Sant Jordi. A esta acudían sobre todo novios y matrimonios que se demostraban su amor con una rosa en el Palau de la Generalitat.

La propia leyenda dice que del dragón de Jorge nació una rosa y por ello fue tradición regalarla para conmemorar su muerte.

El libro llegó algo después. Fue a principios del siglo XX cuando un escritor, Vicent Clavel i Andrés propuso a la Cámara Oficial del Libro de Barcelona y al Gremio de Escritores, organizar una fiesta para promover la literatura en toda la comunidad.

La idea fue bien acogida entre la gente y durante la Exposición Internacional de Barcelona de 1929, los libreros de la comunidad montaron puestos y chiringuitos para regalar y vender literatura.

Obtuvo tanto éxito que se declaró como el Día del Libro para el 23 de abril que además coincidía con la muerte de dos grandes escritores: Cervantes (aunque el 23 es fue la fecha de su entierro, no de la defunción) y Shakespeare.

La suma de ambos componentes ligados a este 23 de abril hicieron que comenzará esta tradición de regalar libros y rosas durante la celebración de Sant Jordi.


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