Desde el pasado lunes, la estampa en prácticamente todos los supermercados de España ha sido la misma: estantes vacíos, gente arrasando con productos como el papel higiénico… Los expertos señalan que la histeria colectiva es una reacción completamente normal ante una situación como la que estamos viviendo por el coronavirus. Sin embargo, el hecho de comprar de forma compulsiva no ayuda a nadie, y podría tener efectos muy negativos en la cadena de suministro.
No hay ninguna duda de que el coronavirus ha generado un gran alarma social en España. Así, ante un futuro incierto, una de las primeras reacciones de muchas personas es la de acudir a los supermercados y «arrasar». Algo que no hace más que empeorar la situación porque muchos productos se agotan y otras personas se quedan sin acceso a ellos.
Pero, ¿por qué ocurre esto? Los psicólogos explican que muchas personas tratan de solucionar su ansiedad llenando la despensa. Sin embargo, al llegar a la tienda se dan cuenta de que muchos productos están desapareciendo, lo que les genera más ansiedad. Si bien es cierto que la ansiedad es el principal motor de la histeria social, también influyen otros aspectos como el miedo, la impotencia y la pérdida de control.
La crisis del coronavirus es una situación totalmente desconocida, sobre la que nadie tiene el control. Cuando esto ocurre, las personas buscan el control en su zona de confort, es decir, su casa y su rutina. Y llenar la despensa es una forma de conseguirlo.
En definitiva, estamos ante un efecto dominó que por el momento parece que no se va a acabar: las personas acuden a los supermercados a llevarse todo lo que pueden, transmitiendo así ansiedad a otras personas porque no van a poder comprar sus productos.
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