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Potrillos en primera fila

La Real afronta la temporada con la ambición de volver a conquistar un puesto europeo en la Liga, de volver a ganar la Copa y de mejorar notablemente su papel en la Europa League, quizá su gran espina clavada. Son metas muy ilusionantes y para ello tiene una plantilla hecha, dotada de excelentes jugadores sobre todo del centro del campo para adelante y de canteranos muy jóvenes y asentados, con margen de progresión. Pero pese a esta ambición desbordante y esta sólida estructura ya formada, el club no quiere perde un ápice de su esencia y por eso se plantea dar vía libre a la promoción de sus perlas de la cantera más rutilantes, los que tienen el hacha en la mano para derribar la puerta. Roberto
Olabe ya anunció que Robert
Navarro y Jon
Pacheco pasarán a la primera plantilla con ficha del filial, aunque con la intención de mantenerles en Primera todo el curso, y según ha podido saber Mundo Deportivo, el director de fútbol e Imanol quieren tener cerca del primer equipo a otros cuatro futbolistas que jugarán en el filial: Álex
Sola, Aritz
Arambarri, Urko
González
de
Zárate y Jon
Karrikaburu.

El máximo responsable deportivo realista subrayó en su comparecencia del jueves que diseñarán una plantilla más corta que la del pasado curso, aunque no citó ningún número. Para el pasado ejercicio había inscritos 24 jugadores de la primera plantilla, que en la práctica eran 23 porque se sabía que Luca
Sangalli no iba a participar, y dos más con licencia del filial, Martin
Zubimendi y Roberto
López, que jugaron hasta el final en el equipo de Primera. Este año Olabe apuesta por que esos cuatro jugadores citados y algún otro que pueda despuntar en el filial puedan estar a caballo entre el primer y el segundo equipo, aunque éste se encuentre en Segunda.

Arambarri no podría volver

Sola, González
de
Zárate y Karrikaburu tienen menos de 23 años, por lo que, con ficha del Sanse, podrán retornar al equipo de la categoría de plata aunque disputen encuentros oficiales con la primera plantilla en Primera, sin ninguna limitación. Así lo establece el Artículo 227 del Reglamento de la RFEF, el relacionado con la ‘Alineación de futbolistas inscritos en equipos dependientes’.

El caso de Arambarri es más complejo. Si Imanol le requiere, habría que formalizarle ficha del primer equipo, por lo que no tendría billete de vuelta al filial. El central de Azkoitia cumplió 23 años el 31 de enero. Se estrenó con la Real dos meses antes, en el partido ante el Celta en Balaídos, en el que disputó 25 minutos, pero pudo retornar al B, con el que ascendió siendo un titular indiscutible porque aún tenía 22 primaveras. Por todo ello, es el que más difícil lo va a tener.

De este póquer de perlas, tres de ellas ya se han estrenado en el primer equipo, en dos de los casos con una sola muesca en la elite. Sola se bautizó el 16 de febrero de 2019 (Real 3-Leganés 0) y Arambarri, el el pasado 1 de noviembre en Vigo (1-4). González
de
Zárate jugó ante el Madrid (0-0) y en Mestalla de titular (2-2). El que falta es el volcán de Elizondo: Jon
Karrikaburu, que representa el sueño de volver a tener un ‘’killer’ de casa.

Álex Sola, hambre tras la lesión y versatilidad

Sola demostró en los últimos partidos del Sanse que ha vuelto tras una eterna lesión y ahora le falta reexhibir todo ese potencial que le llevaron al ‘stage’ de Holanda con 18 años y al debut en el primer equipo en 2019. Su hambre y su versatilidad le van a ayudar. Quema el carril derecho pero puede jugar de extremo e incluso en el otro flanco.

Arambarri, toda la confianza de Imanol

Arambarri fue un clásico de la pretemporada pasada. El central goza de la total confianza de Imanol Alguacil, que le hizo debutar en noviembre con el primer equipo. Ha disputado 59 partidos en el Sanse, con cuatro goles. Su problema es que no podría retornar al filial en el caso de que se le necesitara en Primera.

Urko, el poderío con botas de seda

Urko debutó contra el Madrid y fue titular contra el Valencia, partido en el que, mediatizado por una temprana tarjeta, apenas pudo mostrar su tremendo potencial. Más pivote que central, Imanol le estima por su poderío, claro, el que le otorgan sus 189 centímetros, pero sobre todo su extrema precisión en los envíos largos.

Karrikaburu, la joya de la corona txuri urdin

Tiene 18 años y más que quemar etapas, las está carbonizando. Ariete de raza, es puro instinto en el área, aunque también perfora las redes con lejanos misiles. Anotó el gol del ascenso como colofón a una campaña prodigiosa que desarrolló sobre todo en Tercera, en el ‘C’. En total, celebró 26 tantos. La gran esperanza de la afición.


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