Jerome Powell mantiene viva la expectativa de la rebaja de los tipos de interés en la reunión que se celebra a final de mes. El presidente de la Reserva Federal explica que la economía de Estados Unidos va “razonablemente bien”, aunque repite que hay “corrientes cruzadas” que la están debilitando y por eso motivo garantiza que hará lo necesario para apoyar la expansión. La inflación sigue inusualmente baja y eso le precupa.
El jefe de la autoridad monetaria testifica esta semana ante el Congreso para presentar el análisis sobre la marcha de la economía. Powell dice que las cosas no mejoraron durante las últimas semanas, lo que se interpreta en Wall Street como una indicación clara de que se está preparando el terreno para el recorte. La mitad de los miembros de la Fed ya vieron como posibles dos rebajas este año.
La incertidumbre por la guerra arancelaria con China y el debilitamiento de la economía global “se han incrementado” y “hacen de lastre”. El incremento de los salarios, en paralelo, tampoco genera la presión del lado de la inflación que se esperaría cuando se cumplen 11 años de expansión económica. El recorte de tipos le serviría, de hecho, para cimentar su compromiso con el objetivo de estabilidad de precios.
En su intervención inicial, Powell señala como punto de vulnerabilidad que la inversión de las empresas se “desaceleró notablemente” y advierte de que existe “el riesgo de que la debilidad de la inflación sea más persistente de lo anticipado”. Por todo esto, reitera que “actuará de manera apropiada”. “Muchos participantes ven que los motivos para ser más acomodaticio se reforzaron”, añade.
Los tipos están estancados desde diciembre entre el 2,25% y el 2,5%. La última vez que se rebajó el precio del dinero fue durante la crisis financiera, en un proceso frenético que los llevó al nivel del 0%. Esta vez, sin embargo, el recorte se presenta como una especie de seguro para sostener el crecimiento. El presidente Donald Trump está criticando a la Fed por mantenerlos demasiado altos.
El presidente de la Fed insiste, en cualquier caso, que la decisión se basará en la evolución de los datos económicos. Del lado positivo señala hacia el repunte en la contratación observado el mes pasado tras el bache en mayo y cita también una mejora del consumo durante el segundo trimestre. “Es una buena noticia”, valoró. Pero a respuesta de los congresistas dijo que “no ha cambiado las cosas”.
“Vemos muchos datos decepcionantes”, señaló. También calificó de positivo que EE UU y China pactaran durante la cumbre del G20 retomar las negociaciones, “pero eso no elimina por completo la incertidumbre” y explicó que es un factor que afecta a su estrategia. El testimonio inicial de Powell reafirma así la expectativa del mercado, que abrió la sesión ligeramente al alza.
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