Jaime Pradilla, que el pasado lunes se desvinculó del Casademont Zaragoza (Basket Zaragoza) pagando la cláusula de rescisión para fichar por el Valencia Basket, se ha despedido del club y de la afición zaragozana agradecido por el trato recibido desde que ingresó en él a edad muy temprana.
Pradilla recuerda en una carta que llegó al club en edad preinfantil y que empezó a jugar con los mayores de infantil nada más llegar.
“Ahora, con 19 años, queda lejos en el tiempo pero cercano en las sensaciones, las experiencias y los recuerdos”, ha comentado.
El ala-pívot considera que el trabajo que desarrollaron con él en el club ha servido para formarse “no solo como jugador sino también como persona” y que personalmente eso “es y será lo más importante”.
“Un camino que no habría sido posible sin la apuesta de Reynaldo Benito (presidente) por la cantera junto a todos los profesionales que ponen su corazón para ayudar a tantos jugadores. Gracias a todos. Desde el primer día supe que esta sería mi familia y estaré orgulloso de decir que fui miembro de la Generación Z”, ha destacado.
Además, ha añadido que a todo lo anterior se une el hecho de que Zaragoza es su tierra, donde tiene a su familia y a esa otra familia, la baloncestística entre la que se encuentra la ‘marea roja’, una afición que con los jugadores de casa ha tenido el cariño necesario para dejarles “cometer errores y crecer con su apoyo”.
“Os estaré eternamente agradecido”, ha apostillado.
Jaime Pradilla ha resaltado que aunque nadie sabe lo que deparará el mañana la decisión de abandonar el club maño ha sido “difícil de tomar”.
“Sin embargo, tengo el convencimiento de que todas las enseñanzas recibidas en Basket Zaragoza por sus excelente profesionales van a ser mi mejor guía tanto en mi futuro deportivo como personal. Gracias a todos y hasta pronto. Aúpa Basket Zaragoza siempre”, ha finalizado.
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