La pasión que despierta la Real Sociedad no conoce fronteras y sino que se lo digan a Mikel Ayestaran, periodista freelance que se dedica a cubrir la actualidad de Oriente Medio. Desde Jerusalem atiene el beasaindarra la llamada de MD para compartir lo que significa para él el club txuri urdin y analizar lo que estaba siendo una temporada ilusionante para todos.
Me imagino que también les estará afectando el coronavirus…
Sí, sí, absolutamente. Yo encima soy una persona muy aprensiva. Estas cosas… prefiero diez bombardeos a estar en esta situación. Estoy acostumbrado a otras cosas, a otros lugares, que sabes por lo menos dónde meterte o dónde no. Pero aquí estás siempre con esa incertidumbre encima, y no solamente por ti, sino porque igual coges tú el bicho y se lo pasas a alguien. Es un riesgo diferente, pero yo en principio estoy tomando todas las precauciones que puedo. El curro, pues minimizar las salidas todo lo posible.
¿Cómo sigue la actualidad de la Real?
A tope, yo soy muy realista. Soy muy de la frase esa de Xabi Prieto: ‘A mí más que gustarme el fútbol, me gusta la Real’. Cuando estas fuera el problema es que solo existen el Real Madrid y el Barça, fuera de España es muy difícil hablar de otro equipo o que ten pongan el partido en algún sitio. Pero ahora, con Internet y los streamings y demás, los vemos bien. Y este año era una gozada ver a la Real. Aunque perdieran, el partido estaba bien. Además, con la apuesta que han hecho han tenido suerte y les ha salido bien. La famosa frase esa que repetimos todos los años de ‘combinar cantera con fichajes de calidad’ les ha salido bien y esto nos pasa una vez cada no sé cuántos años. Y mira, solamente nos ha frenado el coronavirus.
Imagino que eso también le fastidiará.
Recuerdo que el año del ascenso yo estaba en Kaboul y nos la jugábamos en Cadiz. Hice Kaboul-Cádiz para ver el ascenso, para ver el ‘hat-trick’ de Bueno, que fue una maravilla. Este año tenía ya los billetes para Sevilla desde antes del sorteo de la semifinal yo creo. Desde que salió la fecha de la final yo estaba muy convencido y al final ha pasado esto. Teníamos todo organizado, pero bueno, ya vendrá. Estoy seguro, tenemos que ganarla. Encima, lo que me pasa con la Real es que yo siempre soy de estos jugadores imposibles, soy muy de Carlos Bueno y me acuerdo de cuando ficharon a Demetradze (se ríe). Este año todos son buenos, no tenemos un jugador un poco ‘maldito’. Todos los que salen están rindiendo a un nivel brutal.
¿Qué más destacaría del equipo?
Yo destaco a Imanol y a Labaka. Me parece un tándem que es la clave. Tienes que hacer la casa por los cimientos y tienen dos cimientos que son de aquí, que saben perfectamente de qué va. Muchas veces intentamos buscar las soluciones yo que sé dónde y está todo más que inventado. Hemos encontrado dos auténticos currelas de este negocio y, aparte, dos tipos que conocen muy bien la psicología de la afición, lo que es la Real, con los pies en el suelo. Eso ha sido fundamental a la hora de empezar a hacer equipo y decidir el tipo de jugadores que quieren traer y dar confianza a los más jóvenes. Quizás están eclipsados al ver el temporadón que están haciendo Isak, Odegaard, Zubeldia, Merino o incluso Remiro, pero yo siempre he destacado eso, necesitas un buen director de orquesta y ahí creo que ‘Aperri’ ha acertado en darles la confianza.
¿Cómo ve la final de Copa?
La verdad es que soy bastante mal futurólogo. Tanto en mi trabajo profesional como en el deporte. Cuando vi que era el Athletic, peor todavía. Los derbis no quiero verlos ni en pintura, pero yo estoy confiado. Creo que por una vez tenemos un equipazo, estos tíos tienen que ganar. Esa es la ilusión que teníamos y que ahora ha desaparecido. Yo me conectaba a varias webs para leer la actualidad y seguir todo. Ahora te consuelas viendo partidos míticos (se ríe), no queda otra.
¿Planea estar en la final de Sevilla a pesar del aplazamiento?
En principio sí. Llevo 32 años esperando esto. La anterior la vi con mi abuela y esta la quiero ver con mis hijos. Cuando estas fuera es complicado. Meterles los valores o el gusanillo de la Real no es fácil porque aquí en el cole todo el mundo es del Liverpool o del City, del United o de la Juve. Ver que tu hijo va a clase con la camiseta de Oyarzabal, que encima la lleva hasta cuando hace frío… Cuando ganamos al Madrid los cuartos fue así y ves que por lo menos le está calando. ¡Qué tontería! (se ríe), pero cuando vives a 3.000 kilómetros de distancia esos detalles te gustan.
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