La publicación especializada Central Banking premió a Alejandro Díaz de León como el gobernador de un banco central del año, por las políticas implementadas para frenar los efectos negativos de la pandemia y por “resistir” las presiones políticas del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
En el anuncio de este lunes, destacaron las “habilidades de liderazgo excepcionales” que mostró Díaz de León durante el año pasado para implementar una política monetaria prudente en un momento en que el peso estaba bajo presión y el banco central manejaba una carga desproporcionadamente pesada en términos de respuestas a la crisis económica de Covid-19.
“Al mismo tiempo, tuvo que desactivar varios intentos de restringir la independencia del Banco de México, ahora una de las instituciones más confiables en los mercados emergentes”.
La publicación asegura que el Banco de México tuvo que establecer una política económica para reducir los impactos de la pandemia con “un apoyo fiscal limitado del gobierno” federal, que decidió no aprovechar la línea de crédito de 61 mil millones con el Fondo Monetario Internacional.
Según la publicación, con esta decisión de López Obrador el Banco de México quedó casi como la única agencia económica del país en enfrentar la recesión:
“El presidente izquierdista y populista de México, Andrés Manuel López Obrador, se opuso a cualquier gran expansión fiscal, debido a un temor profundamente arraigado de que tal movimiento pudiera resultar en que México tenga que depender del FMI. La historia juzgará si la negativa de López Obrador de embarcarse en un gran programa fiscal fue la correcta. Pero no hay duda de que su decisión tuvo importantes consecuencias para el Banco de México. El banco central quedó como casi la única agencia económica que respondió a la recesión económica del país”.
LUCHA PARA MANTENER LA INDEPENDENCIA
La publicación destaca ampliamente las polémicas que enfrentó el Banco de México para mantener su autonomía y las “presiones” del gobierno para limitarla.
En diciembre de 2020, el senado aprobó la reforma para que Banxico se convirtiera en comprador de última instancia del remanente de dólares en el mercado cambiario.
“La propuesta parece tener su origen en el propietario de Banco Azteca, Ricardo Salinas Pliego, amigo de López Obrador desde hace mucho tiempo y miembro de su consejo asesor empresarial”, dice Central Banking.
El reporte dice que el gobernador de Banxico “planteó con firmeza los problemas del proyecto de ley” y “evitó una guerra pública de palabras con el presidente”, lo que a la postre mostró resultados satisfactorios para desactivar la ley.
La publicación también destaca que Díaz de León defendió las percepciones de los empleados del Banco, aunque rebasan lo que gana el Presidente de la República: “Esto era legalmente cuestionable, ya que el banco central mexicano se define en la ley como una institución autónoma, no solo por sus políticas, sino también en su gestión interna. Díaz de León llevó el asunto a los tribunales. Al final, la Corte Suprema falló a favor del Banco de México y los recortes salariales no se produjeron porque se consideraron inconstitucionales”.
Sobre este tema se incluyó una declaración de Agustín Carstens: “Díaz de León ha defendido las remuneraciones del personal de Banxico, que era fundamental, dado que el personal es el principal activo del banco”.
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