La imagen de desesperación de Aitana Bonmatí y Lucía García al salir del terreno de juego, las lágrimas de Sandra Paños y la sensación de impotencia de las jugadoras españolas al abandonar el Brentford Stadium son la clara muestra de lo que pasó contra Alemania: hubo posesión, hubo peligro y hubo ocasiones. Pero faltó gol.
Como si los fantasma del pasado reaparecieran, la falta de puntería y de efectividad del equipo de Jorge Vilda fueron alarmantes y sin duda algunas, las grandes culpables de la dolorosa derrota ante las germanas. Es cierto que caer ante la ocho veces campeona de Europa entra en las cábalas de cualquier equipo, pero no la manera.
Si España dominó la mayor parte del encuentro, si puso el juego, si puso presionó más arriba. ¿Por qué no se tradujo en goles? Para colmo, Alemania anotó en sus dos únicas ocasiones. Máxima efectividad.
Los números facilitados por la UEFA indican que la Roja tuvo el 66% de posesión del balón, con un total de 13 ocasiones de peligro por siete de las alemanas y 52 acciones de ataque por 19 de su rival. Mariona Caldentey en dos ocasiones, Lucía García en otras tantas, Irene Paredes con un remate de cabeza, Patri Guijarro y Ona Batlle pudieron marcar, pero no hubo acierto en sus disparos.
El gol vuelve a ser la asignatura pendiente de este equipo, el punto débil a trabajar a fondo ahora que se juegan todo a una carta en el partido del sábado ante las danesas, a vida o muerte. El propio Jorge Vilda lo admitió tras el partido: “Estoy contento con el rendimiento del equipo pero nos faltó efectividad”.
Leila Ouahabi, defensa que acaba de fichar este verano por el Manchester City, no ocultaba que son conscientes del problema: “Deberíamos intentar concretar las ocasiones que tenemos y ser un poco mas eficaces. La gente de arriba que coja confianza y el gol ya vendrá solo”, señaló la jugadora en un mensaje de optimismo y máxima confianza.
Tampoco funcionó el plan B ante las germanas. Vilda no acabó de dar con la tecla en los cambios. Entró Claudia Pina por Lucia García como referencia en punta sin acabar de encontrarse cómoda en su lugar y lo hicieron después Marta Cardona y Athenea del Castillo por Laia Aleixandri y Sheila García. Los revulsivos no surtieron efecto ante un cuadro germano que ya se había hecho con el poder en la recta final del partido.
El seleccionador renunció a un quinto cambio pese a tener a perfiles ofensivos como Esther González y Amaiur Sarriegi, que ni siquiera calentaron, una decisión que le ha valido serias críticas desde varios frentes. El entrenador está en este torneo bajo la lupa a causa de una serie de decisiones controvertidas que no han contentado a todo el mundo y deberá lidiar con ellas.
España seguirá fiel a su estilo. Es su seña de identidad. No obstante, el juego a base de toques y combinaciones infinitas no se está traduciendo en gol. Ahí hay un tema pendiente a trabajar en estos días en tierras inglesas.