El equipo Williams es uno de los conjuntos que a priori podrían pasarlo peor y sufrir más para sobrevivir si la F1 no toma las decisiones adecuadas ante la crisis económica surgida debido al coronavirus. Ya lo aclaraba hace semanas el jefe de
McLaren, Zak Brown, asegurando que si la F1 no actuaba de la forma correcta, “4 equipos podrían desaparecer”. No son palabras alarmistas, más bien realistas debido a que la competición está parada, cada firma debe pagar a sus cientos o miles de empleados y para ello 6 equipos ya han recurrido a un ERTE
y bajada de sueldos de pilotos y directivos. Y además, nadan a contracorriente a la espera de que la F1 pueda salvar un campeonato que en estos momentos nadie puede asegurar que se vaya a disputar. Si no se compite, y en función de las carreras que se disputen, en juego está el dinero del canon que paga cada circuito a la F1 por albergar una prueba y el montante proveniente de los derechos televisivos, además de los acuerdos comerciales que tiene la F1, un dinero del que al final de campaña los equipos reciben sus propios premios, gran parte del dinero que les permite mantenerse en pie.
Y además, hay que añadirle los acuerdos comerciales que tienen los distintos equipos con sus respectivos patrocinadores, que de no competir, podrían cancelarse. Todo ello, se suma a que los equipos ya han realizado la mayor parte de su inversión del año, la creación de su coche de 2020. Así que para subsistir, necesitan que haya campeonato, especialmente en una F1 de presupuestos desorbitados y que Claire Williams, jefa del equipo Williams, definió como muchos otros ya han hecho, como “un modelo insostenible”.
En declaraciones a ‘Sky Sports’, la jefa del conjunto de
Grove, que en estos últimos años ha sufrido una fuerte crisis económica interna tras la pérdida de patrocinadores como Martini, y también deportiva, siendo claramente el último monoplaza de la parrilla, mostró las enormes dudas que tienen los equipos con menos recursos del campeonato.
“Simplemente, no sabemos si tendremos 15 carreras, ocho carreras o ninguna. Claramente, esperamos que sean más en lugar de menos. No envidio a Chase Carey (CEO de Liberty Media, empresa propietaria de la F1) y el trabajo de la organización en este momento es tratar de averiguar cómo, a partir de un calendario original de 22 carreras, pueden realizar tantas carreras como puedan cuando estamos en la situación en la que estamos”, explicó, y es que el principal problema con el que se encuentra la F1, así como otros campeonatos como MotoGP y la mayoría de Mundiales del deporte del motor, son las restricciones de los diferentes gobiernos, que dificultan que las 2.000 personas que trabajan en el paddock del ‘Gran Circo’ puedan desplazarse y cruzar fronteras para realizar su trabajo en un fin de semana de competición.
“No sabemos cuándo se levantarán los confinamientos e incluso si se levantan en un país, ¿se levantarán en otro país? ¿Cómo se mueve lo que en realidad es un deporte que comprende a una gran cantidad de personas? Eso es mucha gente cruzando fronteras”, explicó al respecto.
Una oportunidad para cambiar el modelo o anticiparse
Además, Claire Williams aseguró que la F1 deberá trabajar en un modelo que esté preparado para otras crisis venideras en el futuro, para proteger a los conjuntos más modestos en momentos tan difíciles como el actual.
“Creo que esta es una oportunidad para hacer bien las cosas. Creo que la F1 y el modelo dentro del cual operamos han sido expuestos como probablemente un modelo insostenible. Esto no tiene precedentes y estamos en una crisis con la que es difícil de lidiar. La supervivencia es fundamental, y tenemos que trabajar ahora para que si surge una situación similar, Dios no lo quiera, todos estemos mucho mejor protegidos, en lugar de tener que luchar como lo estamos haciendo ahora. Estamos trabajando mucho, no sólo dentro de Williams, sino también dentro del deporte en general. La F1 se une en estas circunstancias. Los equipos más grandes entienden el trabajo que deben hacer para garantizar la supervivencia de los equipos más pequeños. Los equipos más pequeños entienden y simpatizan con lo que estamos pidiendo a los equipos más grandes”, comentó.
También mostró su decepción por el hecho de que la crisis del coronavirus haya obligado a aplazar el gran cambio de normativa que estaba previsto que se instaurase en 2021 y que quería igualar más las cosas entre los equipos grandes y pequeños y asegurar una mayor batalla en pista, con más adelantamientos.
“Lo que es decepcionante es que no tenemos las nuevas reglas que iban a ser para 2021 (aplazadas a 2022 por el coronavirus como medida de ahorro para los equipos) con las que habíamos llegado a buen puerto y que realmente iban a establecer un gran futuro para todos nuestros equipos. Si las hubiéramos tenido hace dos años, no estaríamos todos tan preocupados como ahora. Estamos un poco expuestos en este momento. Pero confío en que superaremos esto. Soy una optimista incurable”.
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