WASHINGTON, D.C. – El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llegará este domingo a Uvalde, Texas, junto a la primera dama, Jill Biden, para ofrecer su apoyo a las familias de los asesinados en el tiroteo masivo en una escuela de Uvalde, que ha cobrado la vida de 19 niños, dos maestras y el propio atacante, confirmó la Casa Blanca este jueves.
“Viajaremos a Texas en los próximos días para reunirnos con las familias (…) y con suerte ofrecer algo de consuelo a una comunidad conmocionada, dolida y traumatizada”, dijo este miércoles el presidente al presentar una orden ejecutiva para reformar los protocolos de las fuerzas de seguridad federales.
El presidente visitará la escuela donde ocurrió la masacre, luego asistirá a un servicio religioso y posteriormente se reunirá con familiares de las víctimas.
“La idea de que un joven de 18 años pueda entrar en una tienda y comprar armamento de guerra diseñado y promocionado para matar es una equivocación”, lamentó el presidente.
El mandatario volvió a hacer un llamamiento a enfrentarse al “lobby” de las armas.
“Es el momento de actuar”, dijo mientras pedía al Senado que confirme la nominación del candidato propuesto por la Casa Blanca para liderar la agencia gubernamental que se encarga de supervisar el cumplimiento de las leyes de armamento.
La Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) lleva siete años sin un director permanente por falta de acuerdo.
Mientras decenas llegan a la Escuela primaria Robb a dejar ofrendas en honor a las víctimas, residentes siguen contando las historias de horror que se vivieron durante la balacera.
El martes por la tarde, un joven de 18 años armado con un rifle automático asesinó a 19 niños y dos maestras en una escuela de primaria de la localidad texana de Uvalde, antes de ser abatido por disparos de la Policía.
Es el segundo asesinato masivo en el país en menos de dos semanas; el pasado 14 de mayo, un supremacista blanco asesinó a diez personas, la mayoría afroamericanos, en un supermercado de la localidad de Búfalo, en Nueva York.
Numerosos políticos del Partido Demócrata y líderes civiles han pedido que haya mayores controles a la compra de armas en el país, mientras que las autoridades republicanas de Texas han puesto el foco sobre los problemas de salud mental que, en su opinión, se encuentran en la raíz del suceso.
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