Preso en una cárcel británica, Assange tiene una queja


LONDRES – El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, no dispone de un ordenador “adecuado” en la cárcel británica de Belmarsh, donde se encuentra, con el que preparar su defensa cara al juicio de extradición a Estados Unidos previsto para febrero de 2020, lamentó este lunes su abogado, Gareth Peirce.

El periodista australiano, de 49 años, compareció el lunes mediante vídeo conferencia desde la prisión en una breve audiencia rutinaria, de unos cinco minutos, celebrada ante la Corte de Magistrados de Westminster, de Londres, ante la que el activista tan solo confirmó su identidad.

Por decisión de la jueza Vanessa Baraitser, Assange continuará bajo custodia en la citada cárcel londinense de alta seguridad, mientras aguarda al arranque del juicio de extradición a EEUU, si bien deberá comparecer el próximo 19 de diciembre en otra vista técnica.

Antes de esa fecha, además, se celebrará otra audiencia el día 13 de diciembre ante esa misma corte londinense a fin de confirmar los términos de su prisión preventiva.

El abogado de Assange, Gareth Peirce, dijo el lunes que su cliente no puede prepararse de manera adecuada para este “complejísimo” caso pues el ordenador que se le ha asignado en la cárcel no es “adecuado” ni cuenta con la necesaria conexión a internet.

“Entenderá que estamos trabajando muchísimo en este complejísimo caso. Sin embargo, el impedimento más importante que afrontamos es la capacidad de Assange para acceder a lo que necesita para poder trabajar en su propio caso”, explicó el letrado a la magistrada.

Tras meses de batalla, la citada prisión de máxima seguridad no ha proporcionado al activista el tipo de computadora adecuada para poder trabajar en su defensa, lamentó el abogado.

En relación con ese asunto la magistrada aclaró que ella no tiene jurisdicción sobre las condiciones impuestas por la cárcel.

Aunque el australiano cumplió la pena de 50 semanas de cárcel por haber quebrado en 2012 las condiciones de su libertad condicional, continúa encarcelado después de que el pasado octubre un tribunal considerara que se podría dar a la fuga si abandonaba la celda.

El pasado junio, el ahora titular de Economía británico, Sajid Javid, firmó una orden para permitir que Assange sea entregado a Washington, que le reclama por cargos que pueden suponer una condena de hasta 170 años de prisión.

La Justicia estadounidense lo requiere por los miles de documentos secretos que aireó su portal WikiLeaks y le acusa, entre otros delitos, de “conspiración” para infiltrarse en sistemas informáticos gubernamentales.

Entre los apoyos al periodista se encontraba en la sala del tribunal su padre, John Shipton.


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