El gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, criticó este miércoles al gobernador de Texas, Greg Abbott, luego de que el gobernador, durante un discurso sobre un tiroteo masivo en una escuela primaria en Uvalde, Texas, señalara el crimen de Chicago como un ejemplo de por qué leyes más estrictas sobre armas no evitarán la violencia.
Los comentarios se produjeron en medio de llamados en todo Estados Unidos por restricciones más estrictas sobre las armas de fuego luego del tiroteo masivo en Uvalde que dejó a 19 niños y dos adultos muertos el martes.
En sus comentarios del miércoles, Abbott habló repetidamente sobre los problemas de salud mental entre los jóvenes de Texas y mencionó las leyes en Nueva York, Chicago y California para argumentar que leyes más estrictas sobre armas no previenen la violencia.
“Sé que a la gente le gusta tratar de simplificar demasiado esto. Hablemos de algunos hechos reales. Y eso es, hay y cito, “leyes de armas reales en Chicago”; hay y cito, “leyes de armas reales en Nueva York”. Hay y cito, “leyes de armas reales en California”, dijo Abbott. “Odio decir esto, pero hay más personas a las que les disparan cada fin de semana en Chicago que en las escuelas de Texas. Chicago, Los Ángeles y Nueva York refutan esa tesis. Entonces, si está buscando una solución real, Chicago le enseña que lo que está diciendo no es una solución real. Nuestro trabajo es llegar a una solución real. Soluciones reales que podemos implementar”.
Pritzker reaccionó a los comentarios de Abbott por medio de unos tuits.
“Que te de vergüenza, @GovAbbott”, escribió, mientras señalaba un informe de que la mayoría de las armas utilizadas en los crímenes de Chicago procedían de fuera de Illinois. “No alimentes la narrativa falsa sobre Chicago e Illinois: es una excusa en la que los políticos como tú se esconden para detener la legislación federal que necesitamos para mantener las armas fuera del alcance de personas peligrosas”.
Por su parte, la alcaldesa de Chicago, Lori Lightfoot, tuiteó “Protege a los niños, no las leyes de armas”.
El pistolero de la escuela, Salvador Ramos, de 18 años usó un rifle semiautomático estilo AR-15 en el derramamiento de sangre el martes en la Escuela Primaria Robb en Uvalde que terminó con la policía irrumpiendo en un salón de clases y matándolo. Había comprado legalmente dos de esos rifles solo unos días antes, poco después de su cumpleaños, indicaron las autoridades.
Los investigadores no arrojaron luz sobre el motivo del ataque, que también dejó 17 personas heridas. El gobernador Greg Abbott comentó que Ramos, un residente de la pequeña ciudad a unas 85 millas (135 kilómetros) al oeste de San Antonio, no tenía antecedentes penales ni de salud mental conocidos.
El demócrata Beto O’Rourke, quien se postula contra Abbott para gobernador este año, interrumpió la conferencia de prensa del gobernador y calificó la respuesta del republicano a la tragedia como “predecible”. O’Rourke fue escoltado mientras los miembros de la multitud le gritaban, y un hombre lo llamó “hijo de p— enfermo.”
A medida que surgían los detalles de la última matanza masiva que sacudió a los Estados Unidos, el dolor envolvió a Uvalde, una población de 16,000 habitantes.
El ataque en la ciudad predominantemente latina fue el tiroteo escolar más mortífero en la nación desde que un hombre armado mató a 20 niños y seis adultos en la escuela primaria Sandy Hook en Newtown, Connecticut, en diciembre de 2012.
El derramamiento de sangre fue el último de una serie aparentemente interminable de asesinatos en masa en iglesias, escuelas, tiendas y otros sitios en los Estados Unidos. Solo 10 días antes, 10 personas negras fueron asesinadas a tiros en un ataque racista en un supermercado de Buffalo, Nueva York.
En un sombrío discurso a la nación horas después del ataque en Texas, el presidente Joe Biden pidió a los estadounidenses que “hagan frente al abogo de las armas” y promulguen restricciones más estrictas, diciendo: “¿Cuándo, en el nombre de Dios, vamos a hacer lo que se tiene que hacer?”.
Sin embargo, las perspectivas de cualquier reforma de las regulaciones de armas de la nación parecían sombrías. Los intentos repetidos a lo largo de los años para ampliar las verificaciones de antecedentes y promulgar otras restricciones se han topado con la oposición republicana en el Congreso.
Texas, que tiene algunas de las leyes más favorables a las armas en la nación, ha sido el sitio de algunos de los tiroteos más mortíferos en los Estados Unidos en los últimos cinco años. El tiroteo se produjo días antes de que comenzara la convención anual de la Asociación Nacional del Rifle en Houston, con el gobernador y los dos senadores estadounidenses de Texas programados para hablar.