Parecía que las opciones de podio de Carlos Sainz y Fernando Alonso estaban muy complicadas. Especialmente las del ovetense, que partía con mejores armas para el cajón por su mejor ritmo y mejor degradación de las ruedas. A Fernando se le complicó la carrera en la salida, con un toque de Stroll en la primera vuelta, perdiendo posición con los dos Mercedes. La batalla con los de la estrella, a los que logró pasar posteriormente, le hizo perder demasiado tiempo y el podio parecía ya demasiado difícil. Tenía que ocurrir algo. Y ocurrió en forma de problemas de fiabilidad para Charles Leclerc.
El monegasco, que era tercero, tuvo que parar su coche en la vuelta 42, a falta de 15 giros, por un contratiempo en su coche. Ello dejaba a Carlos Sainz en la tercera posición, pero con Fernando Alonso con mejor ritmo, a solo dos segundos, pegado a la estela del coche del madrileño. La batalla por el podio estaba entre los dos españoles, pero Fernando tenía mucho más ritmo y todas las de ganar.