Protesta por la apertura de un hotel Trump en edificio destruido por la OTAN en Belgrado

Protesta por la apertura de un hotel Trump en edificio destruido por la OTAN en Belgrado

Miles de serbios protestan este lunes en Belgrado contra la decisión del Gobierno de ceder al yerno del presidente estadounidense, Donald Trump, un edificio histórico, que fue destruido por la OTAN en 1999, para construir un hotel de lujo.

“Esto no es solo una lucha por un edificio, es una lucha por preservar nuestra historia, identidad y derecho al patrimonio cultural”, denunciaron en redes sociales los representantes de los estudiantes de la Universidad de Belgrado, que lideran desde hace meses protestas en las que acusan al Gobierno de corrupto y autoritario.

El Gobierno serbio firmó un acuerdo con Affinity Global Development, una empresa de la que es copropietario Jared Kushner, el yerno del presidente de EEUU, para transformar la antigua sede del Estado Mayor en un complejo que incluye un hotel de la marca Trump y 1,500 apartamentos de lujo.

El coste del proyecto inmobiliario, en pleno centro de Belgrado, es de 500 millones de euros.

El pasado noviembre, antes de la firma del contrato, el Gobierno retiró su condición de bien cultural al edificio, que quedó destruido en los bombardeos que la OTAN inició hace hoy 26 años para detener la represión del entonces líder serbio, Slobodan Milosevic, contra la provincia de Kosovo.

Algunos expertos consideran que esa decisión vulneró la legislación de protección cultural.

Estados Unidos lideró aquellos bombardeos aéreos, que se estima dejaron unas 500 víctimas mortales entre la población civil serbia.

El popularmente denominado ‘Estado Mayor’ es un complejo con varios edificios creado por el renombrado arquitecto serbio Nikola Dobrovic entre 1956 y 1965. Es considerado como una joya del modernismo arquitectónico.

El complejo ha sido incluido en la lista de 14 objetos de patrimonio cultural más amenazados de Europa por la organización Evropa Nostra, informó la emisora N1.

Los serbios recuerdan cada 24 de marzo el comienzo de la operación de castigo de la OTAN, que se prolongó durante casi tres meses, y que provocó la retirada de las fuerzas serbias de Kosovo y, a la larga, la caída del régimen de Milosevic.

Kosovo declaró en 2008 de forma unilateral su independencia, que Serbia sigue sin reconocer.

La presidenta de Kosovo, Vjosa Osmani, agradeció hoy la operación de la OTAN para, aseguró, proteger al pueblo kosovar del “régimen genocida de Serbia”.


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