Todos sabemos que existe un gran interés por poner en marcha la industria del fútbol y eso ha permitido prebendas para este deporte. Nada nuevo, en realidad.
El debate surge cuando después de dejar claro que no habría aficionados en los estadios durante esta temporada, algunos equipos lo reclaman con el visto bueno del jefe de la patronal, Javier
Tebas. Me sorprende, o quizá ya no tanto, que el presidente de la Liga, el que debe velar por los intereses de todos los clubes, permita que unos equipos cuenten con respaldo en las gradas y otros no. Eso es desvirtuar, de alguna manera, la competición.
Poneros en la piel de Espanyol, Mallorca o Leganés luchando por salir de las tres últimas plazas y tener que hacerlo sin apoyo en casa. Trasladar esa situación al bienio
negro. ¿Qué os parecería? Yo tengo muy claro que si aquel Athletic hubiera jugado sin el calor de San
Mamés habría descendido a Segunda.
No puede ser que de los 6 o 7 equipos implicados por el descenso, unos tengan gente y otros no
Por eso, no me cuesta entender el enfado de quienes sufren esa situación. No puede ser que de los 6 o 7 equipos implicados por el descenso, unos tengan gente y otros no. O todos, o ninguno, el mensaje que lanzaba el ejecutivo central y que seguramente acabe imponiéndose a través de algún decreto.
Ese real decreto podría servir para acabar la Liga sin público más allá del final del estado de alarma. Me hace gracia, por tirar de eufemismo, que Tebas vea con buenos ojos que vaya un tercio del aforo a cada campo, pero no permita que accedan todos los periodistas a sus puestos de trabajo por temor a un rebrote. Ve peligroso que 80 personas, como mucho, se junten para acceder a los recintos deportivos, pero no advierte problema alguno en que puedan hacerlo 15.000. Sin comentarios.
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