Abril es el mes en que la Real descubrió la gloria. El día 26 de hace 40 años se proclamó por primera vez campeón de Liga. El 25 del año siguiente, reeditó el entorchado con el segundo título. Hoy, 23, se conmemoran 54 años exactos desde que el ascenso a Primera de Puertollano encendiera la llama de la época dorada del club. Que la actual generación haya protagonizado el retorno al paraíso un 3 de abril con la Copa de La Cartuja es un guiño mágico a la historia de la entidad: que la próxima final también sea en abril.
A la Real le hacía falta empatar contra el Calvo
Sotelo un 23 de abril de 1967 para subir a Primera
División. Los goles de Boronat y Arambarri neutralizaron, con todo en contra, el 2-0 que campeaba en el marcador merced al doblete del local Argacha. El 2-2 final desató el delirio de los aficionados realistas presentes en Puertollano, enclave sagrado en el álbum txuri urdin. Las voces de la época coinciden en señalar que se estaba germinando el gen ganador de un equipo campeón. La razón asistió a los premonitores. En los abriles de 14 y 15 años después, la Real ganó dos Ligas seguidas y viajó a la eternidad.
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