La composición de la Euroliga 2022-23 resulta más incierta que nunca a la vista, sobre todo, de la incertidumbre sobre la presencia de equipos rusos. Con CSKA, Zenit y Unics Kazan excluidos a finales de febrero por la guerra en Ucrania, no está claro cómo se van a cubrir estas vacantes si finalmente se confirman también para la nueva temporada, lo que ha empezado a desatar todo tipo de especulaciones y carreras por hacerse con ello.
Con plazas determinadas a dedo por invitación, una mayoría con presencia fija y cada vez menor valoración de los méritos deportivos, los clubs aspirantes saben que tan importante es luchar en la Eurocup por alcanzar el título que daría el derecho de acceso como hacerlo en los despachos.
Serbia va a jugar sus bazas en este sentido aprovechando que la Final Four se disputará este próximo mes en el Stark Arena de esta Belgrado. En este sentido, se ha sabido que recientemente se produjo un encuentro entre autoridades municipales, del comité olímpico del país y de los dos clubs de la ciudad, Estrella Roja y Partizan, para propiciar la presencia de estos dos clubs en la próxima campaña de Euroliga.
“Todo está listo, conocemos a dos participantes de la Final Four, pronto conoceremos a otros dos. Es una oportunidad para hacer presión por nuestro deporte”, dijo el teniente de alcalde de la ciudad, Goran Vesic, según recoge Eurohoops. “Nuestro objetivo es que Belgrado tenga dos participantes en la Euroliga. Milán, por ejemplo, no puede tener dos participantes, pero Belgrado sí. Queremos demostrar que podemos tener dos participantes en la Euroliga. Es una oportunidad para promocionar nuestro país y nuestro deporte en estos pocos días de mayo”, agregó Vesic.
Al margen de los proyectos deportivos, pues, algunos clubs empiezan a tomar posiciones en base a una buena estructura económica, tradición y el deseo por estar en la élite del basket continental.
En este grupo también se encontrarían Valencia Basket y Virtus Bolonia, dos de los clubs implicados en la recta final de la Eurocup que podrían perseguir este objetivo al margen de esta competición si no logran el título. El Partizan, por ejemplo, era uno de los que buscaba este acceso pero quedó apeado en octavos a manos del Bursasport turco.
Esta carrera por lograr plazas por invitación parte del hecho de que la Euroliga aspire a mantener los 18 equipos participantes para la próxima edición. El pasado año, el CEO de la competición, Jordi Bertomeu, incluso dio a entender el interés por ampliar a un máximo de 20 equipos en las temporadas venideras pero esta crisis con los equipos rusos puede hacer variar los planes inmediatos.
Otro factor que actuaría en favor de una posible reducción sería la presión de los colectivos profesionales por reducir el calendario ya densamente cargado y sin visos de normalizarse por la falta de acuerdos entre Euroliga y FIBA. Varios ugadores y técnicos ya se han pronunciado repetidamente al respecto.
“Esto es algo inaceptable”, dijo hace unas semanas el técnico del Barça Sarunas Jasikevicius. “Hemos visto a muchos equipos con muchos lesionados y problemas musculares. Estamos matando a los jugadores. Es demasiado”.