Pumas no es de la UNAM; pertenece a una asociación civil || Lista de asociados || Reportaje

Por Mauricio Romero

Las máximas autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pasadas y presentes, forman parte de la lista de asociados del club de futbol profesional conocido como Pumas.

En la lista de la asociación civil Club Universidad Nacional aparecen rectores, miembros de la Junta de Gobierno, del Patronato y del Consejo Universitarios; además, funcionarios de la alta burocracia universitaria como secretarios generales, secretarios administrativos o tesoreros… Y con ellos, empresarios, periodistas y políticos de diverso cuño.

Desde que el Club Universidad Nacional se inscribió en 1977 como asociación civil (AC) ante el Registro Público de la Propiedad y de Comercio, quedó en confidencialidad quiénes están detrás del conjunto auriazul, pues se mantuvo en la opacidad el andamiaje de la organización burocrático-empresarial.

Pumas no es un bien de la UNAM, no pertenece a la casa de estudios ni la representa. Es una asociación privada con personalidad jurídica propia, ajena a la Universidad, como se detalló en un reportaje anterior publicado en Aristegui Noticias el 30 de agosto de 2019. Cuenta con estatutos y reglamentos internos que dejan bien claro que el ser parte de la comunidad universitaria no implica estar afiliado, que la identificación y la afición no se traducen en membresía.

Ni los 361 mil alumnos, ni los 41 mil académicos, ni los 5 mil investigadores, ni los 31 mil trabajadores administrativos toman parte del club, el cual prácticamente está bajo posesión de un grupo de personas identificables.

Para incorporarse a la cofradía es necesaria una invitación personalizada, y si se ocupa un cargo con poder de decisión dentro de la Universidad, la Asamblea de Asociados se encargará de fichar a ese funcionario o autoridad. De tal manera, el club asegura no solo su supervivencia, sino también lo necesario para su funcionamiento: permisos para la explotación de la simbología universitaria, para el uso gratuito del Estadio Olímpico y demás instalaciones (con servicios incluidos), más millones de pesos del presupuesto universitario que son depositados cada año.

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De ahí que Pumas haya contado entre sus asociados activos, además de a rectores, patronos y miembros de la Junta de Gobierno y del Consejo Universitario, a los titulares de las secretarías General, Administrativa, de Desarrollo Institucional y de Prevención, Atención y Seguridad Universitaria; a los encargados de la Tesorería y la Abogacía General; a las cabezas de las direcciones generales de Finanzas, de Control Presupuestal, de Patrimonio Universitario, de Obras y Conservación, de Proveeduría, de Servicios Administrativos, de Presupuesto, de Deporte Universitario, de Cómputo y Tecnologías de la Información, de Planeación, de Servicios Generales, de Enlace y Relaciones Públicas, de Servicios Médicos, de Operaciones y Recintos Deportivos o a coordinadores como el de Planeación, Presupuestación y Evaluación… e incluso a integrantes de la Comisión UNAM sobre Covid-19.

Ninguno de los puestos dentro de la UNAM tiene entre sus responsabilidades el representar a la institución pública en el equipo privado. Por tanto, la presencia de autoridades y funcionarios no se da de forma institucional sino individual: se trata de casos particulares –pero que en conjunto forman una estructura– en los que los implicados deciden actuar como asociados al tiempo que ostentan algún cargo en la alta burocracia universitaria desde el que pueden entregarle a su club lo que haga falta para su sostenimiento.

Cuartoscuro

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Visiones divergentes y semejanza con gasolineras

Los involucrados aseguran no incurrir en ninguna irregularidad; en contraparte, especialistas critican la opacidad, el conflicto de intereses e incluso arguyen que el tema transita por el artículo 217 del Código Penal federal, el cual se refiere al uso ilícito de atribuciones y facultades.

La lista de los asociados activos de Pumas que a continuación se presenta, conformada por 685 nombres, más los honorarios y los dados de baja voluntariamente o por adeudos, y de la cual Aristegui Noticias cuenta con copia, abarca el periodo 2010-2018.

685 personas que en conjunto se hacen llamar “Patronato” debido a que cada año le aportan a su club la fabulosa suma de 7 mil pesos por cabeza: 4.8 millones de pesos anuales, cifra que representa apenas una fracción de los 50 millones que, en promedio, la UNAM le entregó cada año en la última década (sin contar 2020, año de pandemia y estadios vacíos, en el que Pumas únicamente recibió 15 millones). El resto de la manutención del club viene del mecanismo de negocio inherente a las empresas futbolísticas: derechos de televisión, comercio de jugadores, licencias de uso de marcas, taquilla y ventas, publicidad, patrocinios.

El mito cuenta que un grupo de benefactores “sostiene” a Pumas. La realidad material destruye dicha leyenda, que durante décadas ha mantenido engañada a la afición, a la comunidad universitaria y a la ciudadanía en general.

Similar a las gasolineras cuya marquesina anuncia en verde, blanco y rojo el nombre de Pemex aun cuando pertenecen a personas físicas o morales ajenas a la propiedad pública, la privatización de Pumas es perfecta en tanto encubierta para la sociedad, la cual sigue creyendo que el club “es de la UNAM”.

 

Rectoría

“El Rector será el jefe nato de la Universidad, su representante legal y Presidente del Consejo Universitario”, dicta el artículo 30 del Estatuto General de la UNAM (EGUNAM).

A pesar de la división de poderes asentada en la legislación universitaria (artículo 12 EGUNAM), la figura prominente dentro de la casa de estudios es el rector. Su voz es ordenanza o veto. Por la oficina de los rectores pasan y son aprobadas o rechazadas las decisiones de mayor trascendencia en la vida universitaria (artículo 34, fracciones cuarta, quinta, décima, undécima). Entonces, a pesar de que entre sus 14 obligaciones y facultades no se encuentra representar a la UNAM ante organizaciones civiles, la Rectoría es piedra angular del caso Pumas.

En la década de 1970, Guillermo Soberón inició y consolidó la privatización del equipo, que desde 1956 había pertenecido a la Universidad. Desde entonces, cada rector ha sostenido y aprovechado la ilusión de que Pumas supuestamente representa a la UNAM.

De acuerdo con los estatutos del club privado, el rector en funciones representa el papel de “presidente honorario”. Sin embargo, varios exrectores mantuvieron su afiliación personalizada después de terminados sus periodos… e incluso sumaron a sus hijos. La prueba de que el arreglo es entre particulares (personas físicas-asociación civil) es que no todos los exrectores siguieron siendo miembros del club.

Juan Ramón de la Fuente, José Narro Robles y Enrique Graue

Juan Ramón de la Fuente, José Narro Robles y Enrique Graue

Rector, ex rectores y familiares

Aparte de Guillermo Soberón Acevedo, rector entre 1973 y 1981 y fallecido en octubre de 2020, figuran en la lista Octavio Rivero Serrano, rector de 1981 a 1984, actual coordinador del Seminario sobre Medicina y Salud en la Facultad de Medicina;

-José Narro Robles, rector 2007-2015;

-Enrique Graue Wiechers, rector desde 2015.

Hijos de ex rectores-socios:

-José Antonio Narro Lobo, hijo de José Narro;

-Gloria Soberón Chávez, hija de Guillermo Soberón y exdirectora del Instituto de Investigaciones Biomédicas (socia morosa);

-Alonso de la Fuente Obregón, hijo de Juan Ramón de la Fuente, quien entre los mismos socios es considerado aún influyente dentro de la organización.

Altos funcionarios de Rectoría

Del rector a los secretarios. Y de ellos a quienes ejecutan las órdenes: directores, coordinadores y funcionarios también son cooptados por la asociación civil. Pumas ha tenido entre sus socios a los titulares de las cuatro grandes dependencias político-administrativas de la UNAM, las secretarías subordinadas directamente a Rectoría:

-La Secretaría Administrativa es la instancia operativa por la que el club recibe y utiliza los recursos y bienes de la UNAM. Por mandato directo del secretario Administrativo, Pumas recibe decenas de millones de pesos cada año. Por tanto, su inclusión es vital para el club. Además de enlazar a la Rectoría con el Patronato Universitario, entre sus funciones están “autorizar el ejercicio de los recursos”, colaborar en la “formulación del proyecto de presupuesto anual”, “establecer y controlar los programas de conservación y mantenimiento de la planta física de la Universidad”, “proponer e implantar las políticas respecto a las relaciones con los sindicatos”, participar en el establecimiento de “procesos de planeación, evaluación y presupuestación institucional”, ejecutar las órdenes del rector “en materia de asignación de recursos financieros” (Artículo 2, fracciones I, II, III, V, VI, VIII, XIII, XIV, XV del Acuerdo que Reorganiza las Funciones y Estructura de la Secretaría Administrativa de la Universidad Nacional Autónoma de México del 23 de noviembre de 2015, ARSAUNAM15).

Club Universidad contó permanentemente entre sus asociados a los secretarios administrativos de José Narro y Enrique Graue: Enrique del Val Blanco (moroso) y Leopoldo Silva Gutiérrez, quien dejó su silla en la Torre de Rectoría para convertirse en presidente de Pumas.

Enrique del Val. (Foto:DGCS UNAM)

Enrique del Val. (Foto:DGCS UNAM)

La Secretaría Administrativa está compuesta por cinco direcciones, de las cuales cuatro han estado encabezadas por asociados del club:

La Dirección General de Obras y Conservación actualmente está encabezada por Xavier Palomas Molina, socio durante todos los años de la lista. Esta área es clave para el club, pues además de ser la “encargada de realizar el mantenimiento al Estadio Olímpico Universitario (EOU) y ejercer los recursos asignados para el mismo, así como su limpieza y remodelación”, también supervisa las construcciones dentro de la Universidad, “así como la conservación, rehabilitación y mantenimiento de las edificaciones, espacios abiertos, equipos e instalaciones electromecánicas existentes que forman parte del patrimonio inmobiliario institucional” (Acuerdo cuarto del Acuerdo publicado 23 de noviembre de 2015; solicitud 6440000054117).

Por esta oficina tuvieron que pasar todos los proyectos en beneficio de Pumas, como los cambios dentro del estadio o la construcción del Complejo Alfredo Harp Helú que utilizan sus fuerzas básicas o lo realizado dentro de las canteras, que si bien están entregadas en comodato, siguen siendo terrenos de la UNAM, aunque sea en papel.

Raúl Alberto Delgado es el actual director general de Presupuesto… y también socio de Pumas. Incide directamente en la conformación del presupuesto general de la institución y dicta las normas de operación de los recursos públicos, de los cuales su club goza decenas de millones de pesos cada año (Acuerdo Octavo del Acuerdo publicado el 23 de noviembre de 2015). Antes, en el rectorado de José Narro, Juan Gustavo Ramírez Fuentes ocupó tal Dirección.

La Dirección General de Servicios Administrativos (DGSA) es otra instancia que ha contado entre sus titulares a socios de la AC. Entre sus funciones está el “controlar y administrar los contratos de arrendamiento de inmuebles que realizan las entidades académicas y dependencias universitarias”; por ejemplo, la tienda que está al pie del estadio, por la que el club paga algo más de 30 mil pesos al mes (acuerdo séptimo del Acuerdo publicado el 23 de noviembre de 2015).

A pesar de tener la facultad de llevar los contratos de arrendamiento, los titulares de la DGSA no han realizado acción alguna ante el hecho de que Pumas utiliza y explota el Estadio Olímpico Universitario no solamente gratis, sino que lo hace sin contrato alguno de por medio. “Los inmuebles que formen parte del patrimonio universitario y que estén destinados a sus servicios, serán inalienables”, se apunta desde la Ley Orgánica (artículo 16); empero, en los hechos el estadio está cedido a la asociación civil: todas las actividades universitarias están subordinadas al calendario del equipo de futbol.

Pedro Enrique Lamadrid Andrade, además de director General de Servicios Administrativos, encabezó la Coordinación de Gestión. Por su parte, Alfredo Adam Dájer, otro socio de Pumas, igualmente ha sido multifuncional: director general de Servicios Administrativos, director de Colaboración y Vinculación de la Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación, director general de Proveeduría.

Precisamente la Dirección General de Proveeduría es la cuarta instancia de la Secretaría Administrativa con socios de Pumas. El ya mencionado Alfredo Adam Dájer la dirigió, lo mismo que Guadalupe León Villanueva, quien ocupó el cargo hasta 2019. La contratación de servicios está a su cargo (sexto Acuerdo del Acuerdo publicado el 23 de noviembre de 2015).

Formalmente, a la Dirección General de Personal se delega “atender y desahogar los asuntos derivados de la aplicación de los contratos colectivos de trabajo y coordinar el cumplimiento de los mismos, así como, formular y suscribir acuerdos y convenios con los sindicatos” (Acuerdo Quinto del Acuerdo publicado el 23 de noviembre de 2015). Sin embargo, quien se encargó en los últimos años de firmar personalmente los contratos con los que la UNAM justificó los más de 500 millones de pesos que la institución le ha entregado al club, fue Leopoldo Silva Gutiérrez, entonces secretario administrativo y jefe del director general de Personal.

El Secretario General es la mano derecha del rector. Es elegido libremente por él, y colabora directamente en asuntos de “orientación” y “dirección de la Universidad” (artículo 31 EGUNAM). En dado caso, es su sustituto inmediato (artículo 33) y hasta firma los títulos académicos (artículo 43, fracción XIII). La única autoridad ante la que rinde cuentas es el rector (artículo 91).

Sergio Alcocer Martínez de Castro (“moroso”), Eduardo Bárzana García y Leonardo Lomelí Vanegas, actualmente en el cargo, han sido asociados a la vez que secretarios generales. En todos los años que comprende la lista con la que se cuenta, la asociación civil mantuvo a uno de sus integrantes como titular de la Secretaría General.

Ivonne Ramírez Wence, actual directora general de Administración Escolar, también aparece en la lista.

La Secretaría de Prevención, Atención y Seguridad Universitaria (SPASU, antes Secretaría de Atención a la Comunidad Universitaria y Secretaría de Servicios a la Comunidad Universitaria), es otra dependencia directa de la Rectoría encabezada permanentemente por un socio del club. Su importancia estriba en que es la encargada de “administrar integralmente el Estadio Olímpico Universitario”, a través de la Dirección General de Análisis, Protección y Seguridad Universitaria.

La SPASU también tiene entre sus funciones la vinculación (sic, ambigüedad literal) de la Universidad con la sociedad (acuerdo tercero, fracción IX del Acuerdo que Crea y Establece las Funciones y Estructura de la Secretaría de Prevención, Atención y Seguridad Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México, 5 de noviembre de 2018); “coadyuvar, apoyar y evaluar la protección de las instalaciones universitarias” (séptimo acuerdo, fracción III); atender la protección civil en los eventos deportivos (fracción IV); supervisar el “correcto desarrollo de las actividades de intendencia” (décimo acuerdo, fracción X).

Los secretarios que a la vez han sido socios en el periodo revisado son Ramiro de Jesús Sandoval, Miguel Robles Bárcena, Javier de la Fuente Hernández, quien además fue secretario de Desarrollo Institucional, y Raúl Arcenio Aguilar Tamayo, actual secretario de Prevención, Atención y Seguridad Universitaria.

El nombre de Eduardo Cayetano Cacho Silva, exapoderado de Club Universidad, exdirector general de Servicios Generales y exdirector general de Prevención y Protección Civil es modélico en cuanto a la laxitud ética para fungir sin menoscabo alguno el doble papel de socio operativamente activo y funcionario proveedor del club. Su caso es equiparable al actual de Leopoldo Silva Gutiérrez: Cacho Silva firmó documentos como apoderado de Pumas y como funcionario de la UNAM. Su actuación ha sido sumamente importante para la asociación de la que es parte, pues sus gestiones se han visto reflejadas en la entrega de los símbolos universitarios y en la disposición del estadio.

Actualmente la Dirección General de Atención a la Salud está colmada de socios, empezando con su titular, Héctor Fernández Varela Mejía, exmiembro de la Junta de Gobierno y ahora integrante de la Comisión Covid-19 universitaria. Y con él, José Luis Gómez Rosales, actual jefe del Departamento de Consulta Externa, y Cuauhtémoc Solís Torres, vigente director de Normatividad y Desarrollo Humano.

Otros funcionarios de gran calado que ocuparon la Secretaría de Atención y Servicios fueron Arturo Ruiz Ruisánchez, secretario auxiliar de la Secretaría de Prevención, Atención y Seguridad Universitaria; Francisco Serrano Figueroa, jefe del Departamento de Proyectos Especiales de la Dirección General de Atención a la Comunidad Universitaria, y Jaime Vázquez Díaz, coordinador de la Secretaría de Prevención, Atención y Seguridad Universitaria, quien ha sido señalado como el enlace directo con grupos porriles.

La Secretaría de Desarrollo Institucional (SDI) de igual manera ha estado cubierta. Antes y después de diversas reformas, esta dependencia de Rectoría se ha encargado de lo concerniente a la red de telecomunicaciones dentro de la Universidad, tan necesaria tanto para las transmisiones de los partidos como para las funciones cotidianas del club. A su vez, la planeación institucional ha sido una de las responsabilidades mayores de la SDI, y desde 2018 se le encomienda “promover y coordinar el desarrollo de las actividades deportivas” así como “administrar los recintos que se destinen para la realización de actividades deportivas” (fracciones XXVII y VI del segundo y noveno puntos del Acuerdo publicado el 5 de noviembre de 2018).

Aparte del ya citado Javier de la Fuente Hernández, Francisco José Trigo Tavera también cumplió con el doble papel de alto funcionario y patrón de Pumas. Trigo Tavera ahora funge como coordinador de Relaciones y Asuntos Internacionales.

Felipe Bracho Carpizo fungió como cabeza de la Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación. Por su parte, Héctor Hiram Hernández Bringas fue coordinador de Planeación, Presupuestación y Evaluación e incluso se le señaló como candidato a la Rectoría en 2015. Ambos aparecen en la lista de socios.

Enrique del Val Blanco fue secretario administrativo y asociado a la vez, y ahora es director general de Planeación. Su poder dentro de la casa de estudios trascendió los periodos rectorales.

Antes de la reforma administrativa de 2018, el deporte universitario estaba adscrito a la Secretaría de Atención y Servicios a la Comunidad. Severino Rubio Domínguez fue el titular de la entonces Dirección General de Actividades Deportivas y Recreativas. Como socio-funcionario le abrió a su club el recién construido Complejo Deportivo Harp Helú para que las fuerzas básicas entrenaran ahí; además trianguló donaciones de equipos médicos a favor de Pumas e incluso le compró ropa con cargo al presupuesto deportivo. Tras una auditoría interna, José Narro lo protegió sumándolo a la Secretaría de Salud.

Tras el cambio de nombre a Dirección General del Deporte Universitario y mudanza a la Secretaría de Desarrollo Institucional, Alejandro Fernández Varela Jiménez, socio de abolengo al ser hijo de Héctor Fernández Varela, tomó el relevo como director, cargo que aún ostenta. Santiago Macotela Hernández, actual director de Operaciones y Recintos Deportivos, lo acompaña.

Subordinada inmediata del rector, la Dirección General de Comunicación Social también tiene presencia de la AC. Su actuación también es esencial para el montaje, pues con su trabajo publicitario y propagandístico sostiene en el ideario social la supuesta representatividad universitaria del club privado. Guadalupe Díaz Silva, además de socia es la vigente directora de Enlace y Relaciones Públicas. En el mismo sector comunicativo, la experiodista Alejandra Padín Flores fue jefa de Redes Sociales en la Dirección de Deporte Universitario al tiempo que socia (morosa); por su parte, Víctor Manuel Juárez Cruz fungió tanto como subdirector de TVUNAM y director general de Información y Relaciones Públicas de Pumas.

Para rematar, la representación legal de la Universidad en asuntos contenciosos recae sobre la Abogacía General, así como la interpretación de la Legislación Universitaria (artículo 30 del Estatuto General UNAM y Oficio 7.1/111, 23 de febrero de 1984). Su titular ejerce también la secretaría del Tribunal Universitario. Y cuando fungía como tal, Luis Raúl González Pérez también era socio de Pumas.

 

Junta de Gobierno

El colegiado, compuesto por 15 miembros que duran tres lustros en el cargo, es la autoridad que designa a los demás poderes internos de la Universidad.

“El Rector sólo será responsable ante la Junta de Gobierno”, pues es quien lo nombra y, en dado caso, tiene la facultad de removerlo. También elige a los miembros del Patronato Universitario (Estatuto General de la UNAM, artículo 91, y Ley Orgánica de la UNAM, artículo 6, fracciones I y III).

Y como integrante de la Junta de Gobierno fungió nada más y nada menos que uno de los miembros de la familia beneficiada directamente con la reprivatización de Pumas, ocurrida en 1977: Jorge Borja Navarrete, socio distinguido e incluso presidente de la asociación civil; ejerció dentro de la máxima autoridad de la UNAM de 2007 a 2012.

“Las decisiones de la Junta operan de una manera casi inmediata. Y pues la responsabilidad o la preocupación de hacer una decisión mala o no tan buena pues sí tiene una irresponsabilidad que preocupa y que es tensionante (sic)”, dice Borja Navarrete en un video difundido por la propia Junta de Gobierno en el que el exconsejero de Pemex se explaya en lo mortificante que para él significaban las reuniones: “terminábamos con una gran tensión, tensión que era hasta una dificultad para poder dormir”.

Los problemas de conciliación de sueño no impidieron que durante su gestión Jorge Borja participara en la legalización de la entrega de los símbolos universitarios, el endurecimiento del control de Pumas sobre el Estadio Olímpico al grado de cobrarle a la UNAM por la utilización de la pantalla gigante, así como en la consolidación del financiamiento anual por decenas de millones de pesos a favor de su club.

Otros personajes que han sido miembros del colegiado mayor de la casa de estudios y propietarios de Pumas son Juan Casillas García de León (miembro de la JG entre 1981-1990), Alfredo Adam Adam (1992-2004), Héctor Fernández Varela Mejía (1997-2003), Javier Jiménez Espriú (1997-2007) y Eduardo Bárzana García (2016-2021).

En la lista también aparecen familiares de Javier Garciadiego Dantan (desde 2013 es miembro de la Junta de Gobierno), su hermano Pablo (moroso, según el registro), y del ya mencionado Héctor Fernández Varela (1997-2003), su hijo Alejandro Fernández Varela Jiménez, actual director general del Deporte Universitario.

 

Patronato

Los propios responsables de los bienes universitarios firman la privatización del patrimonio de la UNAM a favor del club de cual forman parte: los encargados del presupuesto, de los bienes, de las marcas y símbolos académicos y deportivos, diversos funcionarios en posiciones clave dentro de la Universidad son a la vez miembros de la asociación privada.

“Las decisiones [de la Junta de Gobierno] son muy a fondo. Y son muy a fondo porque cuando se elige a una autoridad universitaria existe la consciencia de que hay que votar por la mejor opción”, asegura Javier Jiménez Espriú en otro video oficial del colegiado mayor. Y da la casualidad de que también se han elegido como miembros del Patronato Universitario a personas integrantes de la asociación civil.

La designación de los tres patronos es por tiempo indefinido, y sus atribuciones van de administrar el patrimonio universitario a formular los presupuestos anuales. Bajo su control están el tesorero y los encargados de auditar el ejercicio de los recursos de la UNAM; por tanto, también la cuenta anual y la detección de corrupción (Ley Orgánica de la UNAM, artículo 10, fracciones I, II, III, IV, V; artículo 94 del Estatuto General de la UNAM).

En el periodo revisado, Alfredo Adam Adam (el mismo quien fuera parte de la Junta de Gobierno) y José María Zubiría Maqueo no solo formaron parte de la Junta de Patronos sino que la presidieron.

Otro asociado de Pumas que fue miembro y presidente del Patronato es Bernardo Quintana Arrioja.

 

Altos funcionarios del Patronato

La Tesorería es la encargada de administrar los fondos universitarios; de autorizar, controlar y registrar las transferencias bancarias, como las que cada año hace la Universidad por millones de pesos a favor de Pumas; de otorgar las concesiones para explotar el patrimonio universitario, como los comodatos por los que el club utiliza miles de metros cuadrados como campos de entrenamiento o permitir la utilización del Estadio Olímpico sin documento alguno de por medio, ni mucho menos pago alguno por ello (Reglamento Interior del Patronato Universitario, artículo 12, fracciones I, IV, VI).

En materia burocrática, José Manuel Covarrubias Solís, titular de la Tesorería durante los rectorados de Juan Ramón de la Fuente y José Narro ha sido un hombre clave para la privatización tanto de los recursos como de la identidad universitaria. Covarrubias firmó la mayoría de los convenios de uso de marcas por los que se le entregó a la AC el control del nombre Pumas y de la imagen de la cara estilizada del felino. El ingeniero, cercanísimo de la familia Quintana, incluso dejó su firma en los acuerdos por los que el club del cual es socio se libró de los pagos por la explotación de las “marcas” universitarias, además de hacer caso omiso a las auditorías que detectaron irregularidades cometidas por su asociación.

Pablo Tamayo Castroparedes, como director general de Patrimonio Universitario, hasta la actualidad es quien ha ejecutado directamente la entrega de los símbolos y bienes de la Universidad. Él es quien se comunica y arregla los términos de los acuerdos firmados con el club del que él también es socio. Su nombre está presente tanto en la lista ahora presentada como en los convenios de uso de marcas.

La Dirección General de Finanzas, subordinada de la Tesorería, participa en la formulación del proyecto definitivo de presupuesto, además de supervisar el ejercicio de los recursos. Y como asociado de Pumas, José Luis Güemes Figueroa fungió como su titular.

DGCS

DGCS

Consejo Universitario

El cuarto de los poderes de la Universidad, el Consejo Universitario, para empezar, es presidido por el rector Graue, socio del club, y con él, el secretario General, Leonardo Lomelí Vanegas, también miembro de la AC. Alumnos, investigadores, trabajadores y directores de las facultades lo componen, y múltiples de los últimos aparecen en la lista de socios:

-José Gonzalo Guerrero Zepeda, exdirector de la Facultad de Ingeniería y exrectorable en 2011;

-Ambrosio Velasco Gómez, exdirector de la Facultad de Filosofía y Letras;

-Lucy María Reidl Martínez, exdirectora de la Facultad de Psicología;

-Jorge Tamés y Batta, exdirector de la Facultad de Arquitectura (socio moroso);

-Demetrio Fabian García Nocetti, exdirector del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas;

-Ramiro Jesús Sandoval, exdirector de la FES Iztacala;

-Héctor Takeshi Arita Watanabe, exdirector del Instituto de Ecología;

-Gloria Soberón Chávez, hija de Guillermo Soberón y exdirectora del Instituto de Investigaciones Biomédicas.

La consecuencia: El tema del club no ha sido ni siquiera punto de discusión dentro del Consejo Universitario.

 

Patrimonio de la humanidad, patrimonio de Pumas

En 2009, tiempos del asociado José Narro, se creó el Comité de Preservación, Desarrollo y Mantenimiento del Patrimonio Inmobiliario de la UNAM, el cual estaba integrado por el rector y sus subalternos más cercanos: los secretarios administrativo y general, el tesorero y los directores generales de Obras y Conservación, del Patrimonio Universitario, de Servicios Generales, y de Servicios de Cómputo Académico. En resumen, por varios miembros del club. Al frente de dicho comité se puso a la también asociada Dela Lagunes Solana.

Siete años después, tal comité fue reemplazado por el Comité de Análisis para las Intervenciones Urbanas, Arquitectónicas y de las Ingenierías en el Campus Ciudad Universitaria y los campus de la Universidad Nacional Autónoma de México. El objeto del colegiado es la “planeación integral de los aspectos físico espaciales de la Institución”, y como funciones analizar, aprobar y, en su caso, cancelar obras dentro de la UNAM; por supuesto, también observar la conservación de los inmuebles de la institución.

El comité, además de estar encabezado por el asociado y rector Enrique Graue, también lo integran los asociados Leonardo Lomelí Vanegas, secretario general; Pablo Tamayo Castroparedes, director general de Patrimonio Universitario, y Xavier Palomas Molina, actual director general de Obras y Conservación.

 

DGCS

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Del conflicto de intereses al Código Penal

Ante el desempeño del doble papel de autoridad-funcionario universitario y asociado de Pumas existen dos posturas: la de los inmiscuidos, que niegan haber incurrido en falta alguna, y la de quienes consideran que la estructura montada dentro de la UNAM no solo puede considerarse como indebida sino que su definición debe buscarse en el Código Penal federal.

Para empezar, el Título Tercero del Reglamento de Responsabilidades Administrativas de las y los Funcionarios y Empleados de la UNAM, “cuyo incumplimiento se considerará grave con los efectos sancionatorios correspondientes”, incluye entre los Principios y Obligaciones Administrativas el “no intervenir por motivo de su empleo o cargo en cualquier forma, en la atención, tramitación o resolución de asuntos en los que tenga conflicto de interés” (sic, artículo 8, fracción sexta).

Hasta ahí llega la legislación universitaria. De ahí que, por ejemplo, Leopoldo Silva Gutiérrez, actual presidente de Pumas pero antes secretario administrativo, niegue haber caído en alguna incorrección.

–¿Qué responde a quien diga que ser socio del club y funcionario universitario en un puesto de decisión implica un conflicto de intereses? –se le preguntó en 2017 en la única entrevista que ha querido conceder a este reportero.

–Nooouu. Absolutamente no. Por supuesto que no –rechazó tajante, reacomodándose en su amplio sillón de Rectoría, que de pronto se le volvió estrecho. Incluso se  irguió para continuar, hablando siempre en tercera persona–:

-Eh… los socios… pues no participan de las decisiones finales que se toman en el club, los socios aprueban los estados financieros, reciben un informe anual o semestral de la marcha del club, cómo se maneja: altas del club, bajas del club. Todo eso lo reciben los asociados, porque son asociados, no socios, eh… –subraya levantando las cejas y el índice de la mano derecha–. Hay una diferencia, eh… y la Junta Directiva es la que finalmente sí tiene que ver con el manejo cotidiano del club.

Tras la dimisión de Rodrigo Ares de Parga, Silva Gutiérrez dejó el quinto piso de Rectoría para instalarse en la presidencia de Pumas, cabeza operativa de la Junta Directiva desde la que finalmente maneja cotidiana y directamente el club.

Leopoldo Silva Gutiérrez. (Foto: Imago7)

Leopoldo Silva Gutiérrez. (Foto: Imago7)

 

Debería haber lineamientos: Muna Dora Buchahin

“Esas prácticas son recurrentes en el país”, asevera con naturalidad la doctora Muna Dora Buchahin: “Personas que  estaban en una dependencia de repente aparecen como directores del banco, de la empresa o de este tipo de asociaciones”.

“Ellos, como servidores públicos, tienen obligación de confrontar sus obligaciones en calidad de funcionarios de la UNAM con los intereses privados que pueden tener sin que puedan influir indebidamente para beneficiar a esa organización, a esa asociación civil”, añade la exdirectora general de Auditoría Forense de la Auditoría Superior de la Federación, quien bien conoció los mecanismos de desvío de recursos a través de universidades públicas. Su trabajo dio pie a la publicación periodística conocida como la Estafa maestra, tras la que personajes como Rosario Robles acabaron en reclusión.

Por ello, considera Buchahin, “debería haber lineamientos (dentro de la UNAM), porque no tendría por qué (Silva Gutiérrez), terminando el cargo, haberse ido al otro. Entonces se presume una negociación o algo inusual que puede catalogarse como indebido. Pero si no existen los protocolos en la legislación (universitaria), ¿cómo podemos tomar medidas para evitar que suceda, pues aun cuando ellos se saben comprometidos por un potencial conflicto de intereses saben que no hay ninguna regulación?”

Muna Dora Buchahin (Foto: ENAC)

Muna Dora Buchahin (Foto: ENAC)

 

La UNAM no es isla; hay uso ilícito de atribuciones: Bouza Ortiz

Es verdad, apunta por su parte el  doctor Alfonso Bouzas Ortiz, que “el Estatuto no tipifica la o las conductas sancionables, simplemente establece ante quién responde cada uno de los miembros de la comunidad… no hay una tipificación de conductas prohibidas, ilícitas”.

Por tanto, explica el exconsejero universitario e investigador de la UNAM, ante las falencias en la legislación universitaria se debe acudir al Código Penal:

“La Universidad no es una isla: responde como todos los organismos descentralizados, y como todas las personas, a la legislación nacional. Y en este caso el tipo penal es el uso ilícito de atribuciones y facultades: artículo 217 del Código Penal Federal; en varias de sus fracciones, de una u otra manera, cae lo que viene pasando con la utilización del patrimonio universitario en función de una AC llamada Pumas, y Pumas no es UNAM.

“Hay un uso ilícito de atribuciones y facultades –remarca Bouzas–, y tan es ilícito que (Leopoldo Silva) dejó de ser secretario administrativo y pasó a ser presidente de la AC. Es descarado.”

Pumas utiliza gratis el Estadio Olímpico, cuyos servicios corren por cuenta de las arcas universitarias; la AC pervive porque explota e incluso subarrienda los símbolos de la UNAM; hectáreas de terrenos están cedidas, gratuitamente también, para sus oficinas e instalaciones de entrenamientos y partidos de sus conjuntos alternos; cada año recibe millones de pesos disfrazados bajo el concepto de compra de boletos: en la última década la cifra rebasó los 500 millones… y la totalidad de ingresos por taquilla, derechos de transmisión, licencias para ventas dentro del estadio y de productos con las marcas universitarias, publicidad, especulación y traspasos de jugadores, más cualquier remanente comercial se queda en las cuentas bancarias del club: ningún centavo retorna a la Universidad.

“Aunque se sea rector, Junta de Gobierno, Patronato; aunque se sea Consejo Universitario, no se le nombra para que generosamente despilfarre el patrimonio universitario”, subraya el doctor en Derecho adscrito al Instituto de Investigaciones Económicas, y que con los años e historias conocidas dentro de la Universidad se volvió especialista en materia de corrupción dentro de la UNAM.

“Es cínico… y con costos para la Universidad, económicos y en cuanto a sus fines, los objetivos que tiene: pocas son las fuentes de ingreso a las que puede recurrir una institución, y si de aquellas pocas los funcionarios las dilapidan, pues están atentando en contra del interés social, porque la Universidad responde a un interés social.

Alfonso Bouzas Ortiz (Foto: CNDHCM)

Alfonso Bouzas Ortiz (Foto: CNDHCM)

 

El producto del uso de marcas, patentes y logo no llega a la Universidad

“De los magros ingresos que la Universidad puede tener –continúa Bouzas–, este (el futbol profesional) sería uno de los más importantes, y cuando tú lo cedes, explícame por qué, qué justifica su conducta, qué gana la Universidad. Pues no gana nada, al contrario: todo lo que podría ser ganancia por, digamos, el uso de marcas, patentes, logos y demás no llega a la Universidad. ¿Por qué? Porque está intermediado por una AC. Si alguien cobra, es la AC.”

–Los asociados dicen que no reciben dinero, que únicamente pagan sus cuotas y que a cambio adquieren boletos de forma preferencial. No faltan éticamente, según ellos –se le comenta a la doctora Buchahin.

–No puede decir un funcionario que es un dilema ético. Un funcionario tiene la obligación de acatar la ley que establece claramente que debe revelar si tiene un conflicto de intereses, por escrito. Pero no negarlo, porque lo está racionalizando. La racionalización significa la justificación que te haces a ti mismo para no enfrentar un acto.

“Si empiezas a racionalizar, a justificar que la acción que estás haciendo es correcta, es un mecanismo de defensa. Construyes toda una narrativa. No dicen que se robaron el dinero. Y en el fondo se la creen”.

 

Una lista oculta

Cuando aún ejercía como secretario administrativo, se le preguntó a Leopoldo Silva Gutiérrez cuántos asociados tiene el club.

–Eh… son… activos, poco más de seiscientos. Porque hay asociados no activos, es decir: hay gente que en un momento dado envía una comunicación diciendo: “voy a estar fuera de país o me voy a trabajar a Querétaro, entonces pido se suspenda temporalmente mi asociación”.

–Al tener esa relación tan estrecha, le pregunto sobre la apertura de la información de la AC: estados financieros, la entrada y salida y recursos, la misma conformación de la asociación. ¿Estaría dispuesto el club a hacer eso?

–Tendríamos que preguntárselo.

En esa ocasión, 2017, abiertamente se le pidió a Silva Gutiérrez la lista de los asociados de Pumas.

–Bueno. No la tenemos aquí en la Universidad, por supuesto. La tiene el club. Ehh… lo platicaré con el licenciado Ares de Parga –respondió con una sonrisa complaciente. Nunca se volvió a comunicar.

Para Muna Dora Buchahin, lo irregular se da desde la opacidad:

–Si se empieza por ocultar, está raro.

–La lista estuvo oculta 45 años…

–Pues fíjate.

 

Empresarios, políticos, periodistas y otros

Apellidos como Medina Mora, Murat, Ruiz Massieu, Moreno Valle, o los ya conocidos Elías Ayub o Conesa, aparecen en la lista de asociados, conformada de igual forma por representantes tanto del PRI como del INE, Monex, Televisa o las antes identificadas ICA y Telmex.

Veamos:

-Alonso Cabral Villavicencio, comentarista de Televisa asignado permanentemente a la fuente de Pumas, nunca le ha aclarado a la audiencia que comenta sobre un club del cual él mismo es socio. Incluso lo ha negado públicamente: según el presentador, lo único que hace es comprar abonos, lo cual, desde su ética de presentador, no representa ningún conflicto de intereses para su labor mediática;

-Alejandro Medina Mora Nieto, exabogado en Conagua con estudios en las universidades Iberoamericana, de Pensilvania y Harvard, su único paso por la UNAM es para ver a su equipo. Es hijo de Eduardo Medina Mora;

-Raúl Medina Mora, hermano de Eduardo Medina Mora;

-Jorge Espinosa de los Monteros, abogado que litigó un asunto laboral contra Pumas. Se hizo socio aun antes de que el juicio contra su ahora club terminara;

-Luis Octavio Murat Macías, sobrino de José Murat Casab y primo del actual gobernador de Oaxaca, José Murat;

-Armando Ruiz Massieu, hermano de Francisco Ruiz Massieu;

-Antonio Collado Pignol, hermano del periodista y director de Noticieros de Televisa Jalisco, Miguel Ángel Collado Pignol;

-Miguel Mejía Barón, exfutbolista, exentrenador y actual miembro del cuerpo técnico de Ricardo Ferreti en Tigres de Cemex; su hermana, Miryam Mejía Barón, también es asociada;

-Antonio Gómez Neumann, quien ha sido director comercial de Televisa y Fox.

-Luis Eduardo de Buen Rodríguez, cabeza de la organización paralela Pumitas, AC, que cuenta con más de un centenar de equipos infantiles en los que se les cobra cuotas a los padres de los jugadores, también es el actual director deportivo de Pumas Femenil;

-Leandro Augusto Jr, nacido en 2015, hijo del exjugador Leandro Augusto;

-Aarón Padilla Gutiérrez, exfutbolista recién fallecido, también aparece en la lista, como sus hermanos Enrique y Francisco Joel Padilla Gutiérrez;

-Juan Jaffet Millán Márquez, diputado local por el PRI en el Estado de México;

-Jorge Tamayo López Portillo, exsubsecretario de Comercio y expresidente del IEPES del Partido Revolucionario Institucional;

-Rafael Moreno Valle Suárez, banquero presidente del Consejo de Administración de Financiamiento Progresemos, SA de CV. Hijo y padre de los exgobernadores de Puebla con el mismo nombre; OJO

-Arturo Elías Ayub, yerno de Carlos Slim y representante de Telmex en la organización;

-Javier Alvarado Chapa, director General de Monex, ingresó en 2016;

-Andrés Conesa Labastida, director general de Aeroméxico;

-Ciro Murayama Rendón, actual consejero del Instituto Nacional Electoral.

 

Otros universitarios

Como se mencionó, el requisito para convertirse en asociado activo de Pumas es contar con la invitación de otro miembro y que la solicitud sea aprobada por la Asamblea. Evidentemente, no todas las personas integrantes de la comunidad universitaria se convierten en socios, únicamente quienes tengan contactos entre la red de ligas extendidas por la AC entre la burocracia de la UNAM.

Más asociados:

-Juan Ursul Solanes, quien en su carrera burócrata ha sido multifuncional: coordinador de Asesores de la Secretaría General (1985-1986), director general de Administración Escolar (1991-1993), asesor especial del Secretario Administrativo (2003-2006), entre otros. Él mismo presume su asociación a múltiples organizaciones, menos la que mantiene con Pumas;

-José Francisco Valdés Galicia, coordinador de Programa Espacial Universitario de la Secretaría de Investigación y Desarrollo;

-Francisco Paunero Patiño, quien fuera secretario particular del Coordinador de Asesores del hoy exrector Juan Ramón de la Fuente;

-Manuel Jacobo Cadena Lau, secretario particular del hoy  exrector José Narro;

-Luis Ferreiro Santana, jefe del Departamento Técnico de la Dirección General de Presupuesto de Guillermo Soberón;

-Eduardo Acosta Arreguín, profesor, coordinador de Enseñanza y miembro de la Comisión de Bioética de la Facultad de Medicina;

-Roberto Cabral Bowling, profesor de la Facultad de Economía, padre del comentarista de Televisa y también socio Alonso Cabral;

-María del Rocío Archundia Garduño, del Consejo Académico de Bachillerato;

-Óscar Patricio García Romero, exsecretario administrativo de la Escuela Nacional Preparatoria;

-Julia Tagüeña Parga, exdirectora del Centro de Investigación en Energía, exdirectora general de Divulgación de la Ciencia;

-Adolfo Gracia Gasca, investigador de Ciencias del Mar y Limnología;

-Raúl Herrera Becerra, investigador del Instituto de Física;

-María Eugenia Herrera Lima, investigadora del Instituto de Investigaciones Filológicas. Coordinación General de Lenguas. Cercana a la Fundación UNAM;

-María del Rosario Iturbe Argüelles, investigadora del Instituto de Ingeniería; experta en ingeniería ambiental;

-María Luisa Arias Mendoza, exsubdirectora de Movilidad Académica (2009-2014) y exdirectora de Fomento a la Internacional (2014-2017), entre otros cargos;

-Erika M. Benítez Lizaola, investigadora del Instituto de Astronomía (morosa);

-Javier Bracho Carpizo, investigador de la Facultad de Ciencias;

-Alipio Gustavo Calles Martínez, investigador de la Facultad de Ciencias;

-Joaquín López Bárcena, secretario general de la Facultad de Medicina durante la gestión de Narro Robles;

-Fernando López Casillas, investigador del Instituto de Fisiología Celular;

-Carlos Martínez Leyva, excoordinador de asesores de la Secretaria de Servicios a la Comunidad Universitaria (moroso);

-Adrián Méndez Salvatorio, exjefe de la Licenciatura en Administración, secretario académico y actualmente en la División de Estudios de Posgrado, Facultad de Contaduría y Administración;

-Rodrigo Moreno Gutiérrez, investigador del Instituto de Investigaciones Históricas;

-Eduardo Nahmad Achar, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares;

-Laura Verónica Orozco Rodríguez, funcionaria de la Facultad de Filosofía y Letras;

-Juana Orta Martínez, apoyo a investigadores del Instituto de Astronomía;

-Virginia Pérez Cota, cercana a Fundación UNAM;

-Alejandro Pérez Pascual, exjefe de la División del Sistema Universidad Abierta de la Facultad de Economía durante la gestión de Leonardo Lomelí Vanegas;

-César Antonio Prieto Solórzano, FES Cuautitlán;

-Juan Manuel Romero García, profesor Escuela Nacional Preparatoria;

-Rebeca Villalobos Álvarez, profesora de la Facultad de Filosofía y Letras.

 

La Facultad de Ingeniería, presente

Desde el Palacio de Ingeniería hasta la Rectoría, el poder e influencia de la Sociedad de Exalumnos de la Facultad de Ingeniería es un hecho notorio dentro de la UNAM. Desde Bernardo Quintana Arrioja, diversos presidentes de la asociación son miembros del club, lo mismo que algunos de sus familiares:

Aparecen en la lista: Francisco Bracamontes Manero, hijo de Luis Enrique Bracamontes Gálvez, presidente de la sociedad de 1975 a 1977; Javier Jiménez Espriú (1985-1987); Gilberto Borja Navarrete (1987-1989); Víctor Manuel Mahbub Matta (1991-1993); Arturo y Rolando Zárate Rocha, hermanos de Luis Zárate Rocha (2003-2005); Juan Casillas Rupert (2009-2011) y Luis Antonio Ascencio Almada (2013-2015).

Cuartoscuro

Cuartoscuro

Violaciones a medidas sanitarias en el Estadio Olímpico

En plena pandemia, con centenas de muertes diarias en el país por afecciones causadas por el virus SARS-CoV-2, y con la casa de estudios cerrada a consecuencia de la emergencia, las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) decidieron disponer del Estadio Olímpico Universitario para reactivar en él el futbol mexicano profesional.

“Es claro que no existen las condiciones sanitarias para que nuestra comunidad retorne a sus labores”, había informado el 10 de junio de 2020 la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia Coronavirus. “La Universidad, como se ha anunciado, no regresará a sus actividades antes de la conclusión del periodo vacacional”, reafirmó Enrique Graue el 2 de julio. Las vacaciones terminarían el 24 de ese mes.

De cualquier forma, al día siguiente del mensaje del rector, se inició un torneo amistoso en la cancha del Olímpico. Los partidos de la llamada Copa por México estuvieron salpicados de faltas a los Lineamientos Generales en el Marco de la Pandemia publicados por la UNAM. En ellos se estipula que toda persona, universitaria o visitante, debía seguir las directrices, como el uso de cubrebocas y el mantenimiento de distancias de seguridad. Entrenadores como Miguel Herrera y Ricardo Ferreti desobedecieron tales indicaciones sin que las autoridades de la casa de estudios emitieran siquiera alguna exhortación.

Los resultados del experimento hecho en el laboratorio de Ciudad Universitaria (en el que tanto los integrantes de los clubes como los trabajadores de la institución fueron los sujetos expuestos) se vieron pronto: brotes en varios de los equipos que participaron en la copa.

Después vino el inicio de la Liga Mx, con no solo Pumas como equipo “local”, sino con América y Cruz Azul también, debido a trabajos técnicos en el Estadio Azteca.

Ni antes ni ahora, la Comisión UNAM-Covid 19 emitió postura alguna sobre la pertinencia o irresponsabilidad por la organización de juegos, con sus respectivas transmisiones televisivas y radiales, en las instalaciones de la Universidad.

¿Cómo se permitió que las instalaciones de la UNAM se abrieran pese a la epidemia en curso, para la celebración de espectáculos privados, aun antes de que las actividades universitarias se reactivaran?

Una respuesta es que dentro del órgano universitario emergente para combatir al coronavirus hay socios de Pumas:

Carlos Federico Arias Ortiz, investigador del Instituto de Biotecnología, y Héctor Fernández Varela, director general de Atención a la Salud y ex miembro de la Junta de Gobierno, a la vez que participaban en las labores de la Comisión veían a su equipo e invitados jugar en la cancha de CU.

–¿Por qué la Comisión Covid-19 de la UNAM no se pronunció de ninguna forma sobre la apertura del EOU para partidos de futbol profesional –se le pregunta al doctor Carlos Arias.

–Lo que podría decir es que no llegó a nosotros ninguna solicitud acerca de opiniones sobre la posibilidad de abrir el estadio para eventos –responde y añade que, hasta donde sabe, el tema no se discutió en la Comisión constituida para “ofrecer información y guía” a la comunidad en materia de coronavirus.

Cuando se le comenta que el silencio de los especialistas permaneció a pesar de que en otros temas sí se han pronunciado e incluso elaborado documentos, el virólogo revira diciendo que “al final de cuentas es responsabilidad de las personas que están ahí (en los partidos)…”

–Pero hay una responsabilidad de la Universidad al ser administradora del estadio y también de la Comisión que formalmente está viendo la emergencia –se le indica.

–Yo no quisiera entrar en la parte de las responsabilidades que tienen o pudieran tener la Universidad o la Comisión –capotea el investigador–. Yo no puedo hablar en nombre de la Comisión, pero desde mi punto de vista, desde el punto de vista de salud, entiendo que los jugadores están siendo probados de manera rutinaria… si están yendo por voluntad propia, y ellos resultan contagiados pues en buena medida es una responsabilidad personal de ellos. “Como virólogo, como investigador, no me parece grave. No creo que sea algo que nos deba preocupar”, remata.

El doctor Arias, como Héctor Fernández Varela –quien no respondió favorablemente la solicitud de entrevista presentada–, además de comisionado Covid-19 por la UNAM es socio de Club Universidad desde 2005, aunque asegura que desde hace un par de años no paga sus cuotas, por lo cual rechaza tajantemente que incurra en un conflicto de intereses:

–No, no, no. En absoluto. Me parece clara la orientación que quiere darle y me parece que no va por ahí.

–¿En qué sentido?

–En que si tengo conflictos de interés yo como parte de la Comisión, si la Comisión misma pudiera estar por razones económicas y políticas estar favoreciendo este tipo de actividades que no deberían ocurrir y blablablá. Yo lo veo totalmente diferente.

En los hechos, tras los partidos se han registrado contagios en los clubes que jugaron en el Estadio Olímpico Universitario: la propia UNAM se convirtió en un foco de infección ante la omisión del colegiado que supuestamente debía advertir de los peligros que ello supondría. El conveniente silencio de la Comisión Covid-19 no es casualidad.

A continuación, la lista de asociados del Club Universidad Nacional, AC.

Lista de Asociados de Pumas by Aristegui Noticias on Scribd

 

Fuentes:

Ley Orgánica de la UNAM; Estatuto General de la UNAM; Estatutos Club Universidad Nacional, AC; Oficio 7.1/111, 23 de febrero de 1984; solicitud de acceso a la información 6440000054117; Acuerdo que Reorganiza as Funciones y Estructura de la Secretaría Administrativa de la Universidad Nacional Autónoma de México, 23 de noviembre de 2015; Acuerdo que Reorganiza la Estructura Administrativa de la Universidad Nacional Autónoma de México, 5 de noviembre de 2018; Acuerdo que Crea y Establece las Funciones y Estructura de la Secretaría de Prevención, Atención y Seguridad Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México, 5 de noviembre de 2018; Acuerdo que Reorganiza las Funciones y Estructura de la Secretaría de Desarrollo Institucional de la Universidad Nacional Autónoma de México, 30 de noviembre de 2015; Acuerdo que Reorganiza las Funciones y Estructura de la Secretaría de Desarrollo Institucional de la Universidad Nacional Autónoma de México, 5 de noviembre de 2018; canal de Youtube de la Junta de Gobierno; Reglamento Interior del Patronato Universitario; Acuerdo por el que se crea el Comité de Análisis para las Intervenciones Urbanas, Arquitectónicas y de las Ingenierías en el Campus Ciudad Universitaria y los campus de la Universidad Nacional Autónoma de México, 5 de abril de 2016; Acuerdo por el que se crea el Comité de Preservación, Desarrollo y Mantenimiento del Patrimonio Inmobiliario de la UNAM y el Subcomité Correspondiente del Campus Central de Ciudad Universitaria, 12 de enero de 2009.

mauromero@comunidad.unam.mx


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