Si la Real a día de hoy no está en lo más alto de la tabla es porque se ha encontrado un inesperado punto de fuga en su gran inicio de campaña. Precisamente donde hace escasas semanas parecía un torbellino futbolístico que se llevaba por delante a cualquiera que se le pusiera por delante, en el Estadio de Anoeta, ha empezado a flaquear el equipo de Imanol durante las últimas semanas.
A causa de las derrotas ante Levante y Getafe, el conjunto blanquiazul sólo ha sido capaz de ganar uno de los últimos tres encuentros que ha disputado en casa y no deja la portería a cero en Donostia desde la visita del Alavés. Esos tres puntos sobre nueve ante equipos teóricamente inferiores son los que impiden que el conjunto guipuzcoano se salga de la tabla en estos momentos.
Las derrotas, pese a ser contra equipos con unos rasgos similares, han llegado de forma muy diferente, pero ambas han puesto de manifiesto la fragilidad defensiva del conjunto guipuzcoano, especialmente esta última ante el Levante, puesto que el hecho de que la remontada del Getafe se produjera con diez realistas sobre el campo condiciona el análisis de lo sucedido entonces.
Frente al conjunto levantinista se pudo ver a una Real que sufrió lo indecible tras pérdida, aunque en esto tuvo mucho que ver la calidad de los jugadores granotas a la hora de asociarse en pocos toques según recuperaban. El caso es que, así como los guipuzcoanos no sacaron tan malas sensaciones de la derrota frente al Getafe, habida cuenta de que once contra once el equipo estuvo a gran nivel, contra el Levante, el equipo de Imanol sí que se vio claramente superado por su rival, especialmente en una primera mitad en la que la sangría pudo ser incluso mayor que el 0-2 que registraba el marcador.
9 de 15 puntos en casa
El romance entre el equipo y el Estadio de Anoeta comenzó este curso palpitando con fuerza. Los partidos ante el Atlético de Madrid y el Alavés fueron francamente espectaculares. El equipo mostró su mejor cara y la parroquia quedó entusiasmada con la puesta en escena de los futbolistas. Pero desde entonces -el partido frente al Alavés fue el 26 de septiembre-, la Real sólo le ha ganado al Betis ante su parroquia, lo que le lleva a acumular unos números ciertamente modestos y alejados de la fortaleza como local que requieren afrontar los retos europeos.
Ninguno de los equipos de la mitad alta de la tabla suma ya dos derrotas en su estadio y para encontrar el primero con ese registro de partidos perdidos en su feudo hay que bajar hasta la decimosexta posición del Mallorca.
El conjunto de Imanol necesita reaccionar con una victoria en casa el próximo viernes frente al Leganés para evitar que aparezcan los fantasmas de la pasada campaña, en la que al conjunto guipuzcoano le costó una barbaridad rentabilizar la ventaja que supone jugar como local. Los txuri urdin sólo ganaron seis de los 19 partidos disputados ante su parroquia.
De cualquier manera, el buen rendimiento lejos de Gipuzkoa le está permitiendo a la Real seguir encaramada a los puestos nobles de la clasificación. Con tres victorias y un empate en seis partidos jugados de visitante, son 10 los puntos que ha sumado. Nadie supera ese bagaje a domicilio y sólo el Sevilla lo iguala.
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