Aunque el Real Madrid no exteriorice su nerviosismo, tiene motivos para hacerlo de puertas para adentro. Mbappé tiene dudas sobre su futuro, acrecentadas después de las negociaciones que hubo la semana pasada en Doha entre la madre del jugador y el club. El desmentido de ayer a la información de Le Parisien tiene su explicación: Fayza Lamari negó que hubiera firmado nada, no que las conversaciones con el PSG no fueran por buen cauce.
La sensación que hay ahora mismo en Qatar es que hay en torno al 80% de posibilidades de que siga Mbappé. Un porcentaje realmente elevado, proporcional a la confianza con la que han filtrado de forma interesada la noticia a la prensa. A falta de que se pronuncie el jugador, el verdadero protagonista de esta historia y el que va a decidir definitivamente si se va o si se queda, la familia parece más convencida que nunca de que tiene que extender su contrato en París.
El PSG le ofrece a Mbappé dos años más, hasta 2024. El sueldo, astronómico, se dispara a 50 millones de euros netos por temporada y una prima de renovación que alcanza otros 100. Una barbaridad para atar a su futbolista franquicia. Hace algunas semanas, en zona mixta, subrayó que hay un escenario nuevo que le obliga a meditar bien qué hace con su futuro. Kylian aún no ha dicho nada, y tampoco va a hacerlo hasta que no termine la temporada.
Sin embargo, por primera vez después de mucho tiempo, la opción de renovar parece más realista que nunca. Eso tampoco significa vaya a hacerlo. Puede pasar cualquier cosa, pero de entrada Mbappé no ha descartado al PSG. Además de la oferta económica, es importante saber qué proyecto habrá la temporada que viene, el cambio de entrenador y las ideas para intentar por enésima vez el asalto a la Champions, el gran sueño de un jugador que tiene a todos en vilo.