Enriqueta Cruz Gómez, madre de Brenda Quevedo Cruz, pidió al Estado mexicano la liberación inmediata de su hija, de acuerdo con las recomendaciones del Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de la ONU.
Enriqueta Cruz Gómez pidió al Estado mexicano que atienda las recomendaciones del Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en torno a la liberación inmediata de su hija Brenda Quevedo Cruz, procesada por el secuestro y asesinato de Hugo Alberto Wallace en 2005.
Durante una entrevista con Aristegui en Vivo, dijo que la misiva enviada por este grupo internacional a Salvador Leyva Morelos Zaragoza, titular de la unidad contra la tortura del Instituto Federal de Defensoría Pública (IFDP), será decisiva para que Brenda Quevedo obtenga su libertad.
El Grupo de Trabajo determinó que la detención de Quevedo fue arbitraria y contraria a los derechos humanos. Señaló que “el remedio adecuado sería la liberación inmediata de la Sra. Quevedo Cruz y otorgarle el derecho exigible a una indemnización y otras reparaciones, de conformidad con el derecho internacional”.
Instó al gobierno a garantizar una investigación completa e independiente de las circunstancias que rodearon la detención arbitraria de Brenda Quevedo, incluidas las denuncias de tortura, así como “a tomar las medidas adecuadas contra los responsables de la violación de sus derechos”.
Enriqueta Cruz comentó a la periodista Carmen Aristegui que el gobierno actual ha sido el primero que los ha escuchado y atendido: “Estamos muy contentos de verdad, esperamos que también tomen una buena decisión, puesto que en este documento finalmente se está indicando que se libere a Brenda de inmediato, así como su resarcimiento por todo lo que ha padecido”.
Dijo que le darán máxima difusión al documento de la ONU, para que “todo mundo se entere” y que las seis personas coprocesadas con Brenda se vean beneficiadas. Aseguró que su hija, que actualmente tiene 40 años, fue detenida en 2007 cuando tenía 27 años, por lo que perdió “los mejores años de su vida”.
El asunto, comentó, pasará a manos del juzgado que lleva el caso para que tramite de inmediato la liberación de la procesada, que no ha sido sentenciada después de 13 años de haber sido detenida.
De acuerdo con su madre, Brenda aún no conoce las recomendaciones del Grupo de Trabajo. Será el sábado cuando le diga lo que considera una “buena noticia” para su caso.
Se dice emocionada y con “mucha esperanza en que las autoridades resuelvan este asunto a la brevedad posible y sea una muestra para todas las que han sufrido y siguen encerradas”.
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Enriqueta Cruz narró los abusos a los que fue sometida Brenda desde que empezó el caso, hace casi quince años, con la aparición de anuncios espectaculares en las principales vialidades de la Ciudad de México, en los que la señora Isabel Miranda de Wallace acusó a Brenda de ser una secuestradora.
Por esta razón Quevedo viajó a Estados Unidos, donde fue detenida y extraditada a México en 2009. Aseguró que en todos estos años la parte acusadora “ha tenido la balanza de su lado” por el poder económico con el que cuenta.
Relató las torturas que recibió desde su ingreso en el penal de Santiaguito y la omisión de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), respecto a las denuncias presentadas, pese a la existencia de una valoración psicológica que señalaba que Brenda padecía estrés postraumático derivado de las torturas sufridas.
Acusó al entonces titular de la CNDH, Raúl Plascencia Villanueva, de favorecer deliberadamente los intereses de Isabel Miranda, dada su relación de amistad.
Brenda Quevedo también estuvo presa en las Islas Marías, donde sufrió torturas e incomunicación. La misma historia se repitió en el penal de Tepic, Nayarit. Desde 2005 permanece en un penal de Morelos, en espera de que se resuelva su situación.
Aseguró que los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón solaparon la conducta de Isabel Miranda, e incluso este último le entregó un premio de Derechos Humanos, que coincidió con las torturas a Brenda.
Entre las pruebas que solicita que se acepten, está la declaración de Carlos León, quien admitió la paternidad de Hugo Alberto Wallace Miranda. Esto, debido a que una de las pruebas del caso fue una gota de sangre localizada en el baño de la casa de Perugino -donde presuntamente asesinaron a Wallace-, localizada siete meses después de su desaparición.
Esta muestra de sangre, que supuestamente pertenecía a Hugo Alberto, coincidía con el ADN de Enrique Wallace, esposo de Isabel Miranda y quien, de acuerdo con un acta de nacimiento aparecida en 2014, no era su padre biológico.
Enriqueta Cruz dijo que incluso Jacobo Tagle Dobin -otro de los procesados- mencionó que Hugo Alberto le había confesado que Enrique Wallace no era su realmente su padre.
Ve la entrevista completa: