Qué es el ácido fórmico

El ácido fórmico está considerado como uno de los ácidos orgánicos más sencillos que existen. ¿Dónde lo podemos encontrar? Por lo general, lo producen algunas plantas e insectos. ¿Quieres saber más? Sigue adelante.

Además de ácido fórmico, es conocido como ácido metanoico. Se constituye por un átomo de carbono que se une a dos moléculas de oxígeno y otras dos de hidrógeno.

El ácido que aquí nos ocupa pertenece al grupo carboxílico, siendo aislado por primera vez por John Ray en 1671. Este naturista inglés lo destiló triturando hormigas rojas, por eso lo bautizó como fórmico, por su significado en latín en referencia a estos peculiares insectos.

No obstante, ya en 1831 se logró obtener la primera síntesis artificial de ácido fórmico gracias al químico Marcelin Berthelot.

A día de hoy, el ácido fórmico y sus derivados reciben el nombre de formiatos y se encuentra entre ellos al hierro, la cocaína, el sodio o el mercurio.

Propiedades e información de interés sobre el ácido fórmico

Sepamos más sobre este ácido. Es un líquido incoloro que humea, y que tiene un olor que es bastante persistente e irritante, parecido al del vinagre.

Tiene un peso molecular de 46 g/mol y es totalmente soluble en agua, en alcohol y en éter, pues tiene una cadena carbonatada muy corta.

En su estado natural, es bastante fuerte, ya que es capaz de corroer y es corroído por la acción de oxidantes suaves. Además, se descompone si se calienta con intensidad y produce monóxido de carbono si entra en contacto con ácidos fuertes.

También reacciona violentamente con ácidos fuertes y bases, lo que origina riesgos de provocar incendios e incluso explosiones. Además, puede destruir metales y plásticos y se obtiene por síntesis orgánicas diversas.

Igualmente es muy corrosivo para los ojos, el tacto respiratorio y la piel, pudiendo provocar enfermedades como edemas pulmonares o acidosis.

Para encontrar este ácido, debes buscar en el mundo de los insectos y las plantas. Las hormigas y otros seres lo usan como fórmula para defenderse, ya que provoca dolor y picor cuando otros bichos u animales los muerden. Incluso promueve reacciones alérgicas.

Es común observarlo en hormigas, en abejas, en ortigas, en bacterias del grupo entérico, etc. Además, de ser ingerido, podría generar alergias, salmonella o intoxicación alimentaria.

Actualmente tiene diversas aplicaciones, como en farmacéutica, para elaborar medicamentos que eliminen verrugas o callosidades, en cueros para eliminar grasas y pelos, en ganadería, impidiendo el crecimiento de bacterias patógenas, o en petroleras y gasíferas, para estimular la perforación de los pozos y reduciendo la corrosión.


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