Qué es el disprosio

No es sencillo aprenderse la tabla periódica. De ella, es normal conocer con relativa facilidad elementos como el hidrógeno, el oxígeno, el oro, el plomo… Sin embargo, otros son mucho más desconocidos para la gran mayoría, como el caso del disprosio.

En este caso, nos referimos a un elemento químico de la tabla periódica cuyo número atómico es el 66. Entre las características fundamentales encontramos que se representa con el símbolo Dy y que posee una masa atómica de 162,50.

El disprosio es un metal sólido que se suele encontrar en la naturaleza. A temperatura ambiente presenta unas curiosas sales de tono amarillento y magnéticas. También se localiza como óxido de color blanco y tonos claros y suele ser visto junto con otros elementos como el holmio y el erbio.

El nombre de este elemento procede del término griego drysposito, y quiere decir en su idioma original difícil de obtener. Se debe a que, cuando fue descubierto en 1878 por el químico Paul Emile Lecop, resultó muy complejo de extraer y tuvo que usar en el proceso otros óxidos como el holmio y el tulio.

Más información sobre el disprosio

Este elemento se presenta en estado sólido a temperatura ambiente con un brillo plateado muy pronunciado, como sucede con otro compuesto como el terbio. Presenta gran estabilidad ante el oxígeno, pero es muy sensible a las subidas de temperatura.

También muestra gran poder magnético, pero lo pierde si se le aplican bajas temperaturas. En ese caso, se comporta con la llamada anisotropía magnética.

Su ubicación habitual está en las llamadas tierras raras y es difícil de extraer sus óxidos, muy mezclados con los del holmio. Sin embargo, el canadiense Frank Spedding, en 1950, fue capaz de aislar este elemento con un nivel de pureza del 100% por primera vez en la historia, sin tener que conjugarlo con oxígeno.

Spedding tuvo que aplicar técnicas que permitían un intercambio iónico entre metales. Y es que este lantánido es diferente a otros minerales como la xenotima o la fregusonita. Para encontrarlo, se ha de buscar en las sales de monacita y bastnasita.

Hoy día, se puede producir este elemento de manera artificial usando iones de calcio. Esto aumenta la cantidad de protones en una solución en la que se aplican calcio y triofluoruro.

Este elemento se usa generalmente en las varillas para controlar los reactores nucleares, uno de sus principales usos. Por lo demás, no es fácil de localizar en ninguna parte.


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