Qué es el efecto submarino en un coche y la importancia de aprender a evitarlo

Si sueles prestar atención a las campañas de la DGT, la Dirección General de Tráfico, probablemente hayas escuchado hablar alguna vez acerca del famoso efecto submarino en un coche. Es que esta entidad ha insistido en los últimos tiempos en el peligro que conlleva tal fenómeno, ofreciéndonos algunos consejos para detectarlo y minimizar sus consecuencias.

En efecto, se trata de un problema que afecta a la seguridad de los pasajeros que se desplazan a bordo de vehículos y, por eso, es fundamental considerar de qué se trata el efecto submarino, y cuáles son las herramientas que tenemos a nuestra disposición para evitar que cause daño.

Por qué sucede el efecto submarino

El efecto submarino se genera por un cinturón de seguridad mal colocado, cuya pésima ubicación puede ser la explicación de un sinfín de muertes en las carreteras españolas, sin entrar en consideración de otros tantos casos de lesiones graves que pudieron eludirse.

El problema es que, con las nuevas tecnologías que tienen muchos automóviles, los cuales obligan a los conductores a colocarse el cinturón de seguridad emitiendo pitidos o deteniendo el motor, muchas personas simplemente cumplen con el trámite, sin priorizar su seguridad.

El asunto es que el cinturón no sólo hay que ponérselo a uno mismo o a alguien más si es un menor, sino también corroborar que las condiciones bajo las cuales ha sido colocado permiten que éste haga bien su trabajo en caso de un impacto, y que no sea un mero elemento decorativo.

Si el cuerpo no está bien sujeto por el cinturón, por ejemplo cuando lo dejamos holgado para que no nos “moleste”, lo que puede suceder frente a un impacto es que se deslice por debajo de la banda abdominal, lo que aumenta las probabilidades de que ocurra un choque contra el habitáculo o, muchísimo peor, que el conductor o su acompañante salgan disparados del mismo.

Con estadísticas que ponen de manifiesto la necesidad de impulsar el uso consciente del cinturón para evitar el efecto submarino, es fundamental tener en cuenta que los cinturones de seguridad efectivamente pueden ajustarse hasta que los distintos cuerpos estén sujetos.

De igual modo, es imprescindible abandonar malas posturas que podrían atentar contra la eficacia del cinturón, como colocarse toallas o mantas encima y pasarlo sobre ellas, modificando el diámetro real del ser humano, y exponiéndolo a matarse en la calle.


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