Qué es el Nido de águila de fuego

El Nido de águila de fuego es una de las formaciones naturales más extrañas de cuantas se conocen en nuestro planeta. Es tan raro que hasta hay quien lo considera una creación extraterrestre, aunque es más bien un cráter volcánico que tal vez no termino de realizarse.

Conocido como cráter Patom, se ubica en Siberia y fue descubierto en 1949, aunque pronto lo llamaron Nido del águila de fuego. Y es que, aunque parece que es de origen volcánico, todavía ningún científico ha podido estimar cómo apareció y de dónde viene.

Tras analizar algunas muestras de los árboles más antiguos que han crecido en este extraño cráter, se ha estimado que se originó hace unos 500 años, aunque no se han podido esclarecer los motivos.

En realidad, es una formación rocosa que alcanza una altura de unos 40 metros. En su parte superior se encuentra un gran cráter de 76 metros de diámetro que tiene una forma inusual, de ahí que las gentes del lugar le llamen así, ya que, visto desde el cielo, puede confundirse con un gigantesco nido de ave.

Otra peculiaridad del cráter se encuentra en su centro, ya que en lugar de verse el habitual agujero que se pierde en la profundidad, aquí observamos una extraña bola de rocas que parece una especie de huevo de ave.

Curiosidades del Nido de águila de fuego

El descubrimiento de este cráter se lo debemos al geólogo ruso Vadim Kolpakov. Sin embargo, este hallazgo fue más bien de naturaleza casual que de un trabajo de campo. Este científico elaboraba un mapa geológico de la extinta URSS y poco más o menos que se topó con esta formación.

Kolpakov trató de determinar su origen, pero no fue capaz. Eso sí, se elaboraron diversas hipótesis, como que fue obra de un meteorito. Esta es la más sensata, ya que otras implican que bajo la formación hay una construcción militar secreta de los soviéticos o que los extraterrestres escondieron debajo su nave espacial.

La falta de financiación ha hecho imposible que se investigue el fenómeno en profundidad. Así fue hasta 2008, cuando al fin una expedición pudo analizar la vegetación de la zona y estimar un origen en el siglo XVI aproximadamente.

Aun así, tampoco hay una teoría firme en torno al origen, ya que unos lo datan en un fenómeno volcánico mientras otros afirman que fue cosa de un meteorito. Parece que esta última ha sido descartada, quedando como cierta que una erupción incompleta dio lugar a la extraña creación rocosa.


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