Qué es y para qué sirve la placenta

La palabra «placenta» procede del latín y significa literalmente «torta circular». Se trata de órgano cuya apariencia es viscosa y su forma es circular. Una de sus características más destacadas es que solo existe en las mujeres embarazadas. Crece de manera progresiva durante la gestión, y se expulsa en el momento del parto, después del nacimiento del bebé. Tiene un peso aproximado de 0,5 kilos.

Cabe destacar que la placenta mantiene vivo al bebé en el interior del útero hasta el nacimiento. A través de este órgano se alimenta y obtiene el oxígeno que necesita.

¿Para qué sirve la placenta?

La placenta es un órgano que cumple un amplio abanico de funciones. Una de las más relevantes es que favorece el flujo de aminoácidos, glucosa y grasas entre el bebé y la madre.

Además, se encarga de eliminar los desechos del bebé. También es capaz de generar las hormonas necesarias para que el desarrollo del embarazo sea el adecuado.

Actúa a modo de barrera protectora ante los microorganismos para que no afecten al bebé. Y, por último, junto con la bolsa de líquido amniótico, le ofrece protección al bebé, manteniendo la temperatura constante y sirviendo como protección ante cualquier golpe externo.

La evolución de la placenta durante el embarazo

La placenta es un órgano que cambia de forma notable a lo largo de la etapa de gestación. Se implanta en la segunda semana de embarazo y se expulsa en el parto. Por lo tanto, es un órgano que nace, crece y finalmente, muere.

Los principales cambios se dan durante los primeros cuatro meses, sobre todo en lo relativo al tamaño. A partir de entonces la placenta sufre cambios mínimos hasta el momento del nacimiento.


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