La fiebre del oro de Estados Unidos tuvo lugar entre los años 1847 y 1855. Sucedió en San Francisco, California, y causó un auténtico fenómeno social, el más importante del Siglo XIX. Más de 300.000 inmigrantes de todo el mundo llegaron a la ciudad estadounidense en busca de oro.
¿Cómo empezó la fiebre del oro?
La fiebre del oro empezó muy cerca del pueblo de Coloma, con el descubrimiento del preciado metal en Sutter’s Mill.
Los primeros buscadores de oro, que recibieron el nombre de forty-niners llegaron hasta California por tierra y mar. Muchos de ellos se enfrentaron a viajes muy duros. Aunque la gran mayoría de inmigrantes procedían de otras zonas de Estados Unidos, también llegaron desde Australia, Asia, América Latina y Europa.
En un inicio, los buscadores de oro recogían el metal utilizando técnicas primitivas, como el cribado. Con el paso del tiempo fueron desarrollando métodos más complejos y sofisticados.
Aunque algunos buscadores hicieron una gran fortuna durante la fiebre del oro, la gran mayoría de ellos no consiguieron nada.
¿Cuáles fueron los efectos de la fiebre del oro?
El efecto social de la fiebre del oro fue realmente espectacular. Hasta entonces San Francisco era una aldea de pequeño tamaño. Con la llegada de los inmigrantes se construyeron escuelas, iglesias, caminos… Incluso se crearon otros pueblos alrededor.
Además se fundó un sistema de gobierno y legal. Fue así como California fue admitida como estado de la Unión en el año 1850. El transporte evolucionó a gran velocidad, con la llegada del barco de vapor y el tendido de líneas de ferrocarril.
Claro que este fenómeno también trajo consigo efectos negativos. Los aborígenes que hasta entonces habitaban California fueron expulsados de sus tierras. Además, la minería produjo un gran impacto ambiental en el estado.
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