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¿Qué llevan tu champú o tu mascarilla? Un nuevo etiquetado informa del impacto de los cosméticos sobre el planeta

Cada vez que alguien se lava el cabello, se desmaquilla o se tiñe hay un coste para el planeta. No es solo el agua que se va por el sumidero. Es cómo se han obtenido los ingredientes y cómo impactan en el planeta, qué tipo de envase lo contiene o cómo se ha fabricado. Que los consumidores sean más sostenibles en su higiene diaria –el 73% así lo desea expresamente, según un estudio de Opinion Matters– depende en buena medida de que los productos lo sean. También de que las marcas les informen con transparencia de qué están haciendo para reducir su huella.

Garnier ya lo hace en su etiquetado de impacto medioambiental, un hito más en su estrategia hacia la ‘Green Beauty’, cuyo objetivo más ambicioso es llegar a la neutralidad de carbono en 2025.

Adiós, plástico, adiós

En un planeta donde las materias primas son un bien precioso y los residuos plásticos una amenaza real para la vida animal, Garnier apuesta por la triple R: reducir, reciclar y reutilizar. Dentro de esta estrategia, la prioridad es sustituir el plástico virgen por reciclado. Este programa supuso emplear 9.090 toneladas menos de plástico virgen durante el pasado año. Pero su política va más allá: para 2025 prevén que el plástico reciclado suponga el 100% del total en todos sus envases de plástico.

Ratificar que un cosmético es 100% ‘cruelty free’ implica declarar que el 100% de sus ingredientes lo son.Getty Images/iStockphoto

Paralelamente, se busca eliminarlo siempre que sea posible, o sustituirlo con otros materiales con mejor perfil biodegradable. Es el caso del rediseño de los tubos del protector SPF50+ en Delial y las cremas BB Cream, donde el 49% del plástico se ha reemplazado por cartón. O su asociación con Plastic for Change para lanzar un envase de aluminio rellenable para el champú reparador Tesoros de Miel de Original Remedies.

“Con esta nueva iniciativa de rellenar no solo estamos cambiando el cuidado del cabello, sino que también alentamos a millones de consumidores en toda Europa a alterar sus hábitos y dar el salto hacia un planeta más sostenible”, señala Adrien Koskas, presidente de Garnier.

No solo estamos cambiando el cuidado del cabello, sino que también alentamos a millones de consumidores a alterar sus hábitos y dar el salto hacia un planeta más sostenible

Adrien Koskas, presidente de Garnier

Pero no solo el plástico está en el punto de mira. Las mascarillas faciales de un solo uso se han sustituido por otras compostables en la Tissu Mask Hydra Bomb y se apuesta por los discos desmaquillantes lavables y reutilizables Eco-Pad para usar con el agua micelar. El objetivo aquí no es solo la reutilización, sino sustituir al tradicional algodón de usar y tirar. Teniendo en cuenta que el cultivo de esa materia prima supone un enorme gasto de agua, este sencillo gesto al desmaquillar reduce un 95% el consumo de agua.

Ciencia verde y respeto animal

Un cosmético verde debe serlo desde sus primeras etapas. Significa ingredientes botánicos procedentes de cultivos sostenibles y procesos de síntesis que reducen o eliminan el uso de sustancias potencialmente peligrosas para los humanos, resto de seres vivos y el medio ambiente.

Es el caso de la glucosa del trigo transformada en ácido hialurónico mediante biofermentación natural con bacterias. Cada fórmula es diferente, pero la consigna es la misma: innovar y demostrar que es posible lograr una cosmética cada vez más verde. El 65% de las fórmulas nuevas de Garnier ya se elaboran con ingredientes de origen biológico. Cifras que ascienden hasta el 96-98% en el caso de los ingredientes de origen natural en la gama de champús y acondicionadores Fructis Hair Food. Con esto se logra, por ejemplo, que el 90% de lo que se va por el desagüe al aclarar el champú y hasta un 98% en las limpiadoras faciales sea biodegradable.

El 65% de las fórmulas nuevas de Garnier ya se elaboran con ingredientes de origen biológico.

Otra de las coordenadas es el respeto a la vida animal. Pese a que la Unión Europea prohibió los ensayos en animales con fines cosméticos, admite excepciones con ciertos ingredientes aislados. Ratificar que un cosmético es 100% cruelty free (libre de crueldad contra los animales) implica declarar que el 100% de sus ingredientes lo son.

“Hace dos años nos pusimos en contacto con nuestros más de 500 proveedores para conseguir una declaración en la que se abarcaba más de 3000 ingredientes de todo el mundo”, declara Aurélie Weinling, directora de Científico y de Sostenibilidad Internacional de Garnier. Recientemente la empresa recibía el sello Leaping Bunny de Cruelty Free International, organización líder que trabaja para acabar con las pruebas en animales a nivel mundial y por un modelo de excelencia contra el maltrato animal.

Son solo algunos pasos que demuestran que hay otra forma de hacer cosmética y que la belleza y la higiene personal no tienen por qué pasarle factura al planeta.


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